Revista Economía
El 24 de marzo último, se “celebró” el día mundial de la tuberculosis. Cómo bien sabemos, la tuberculosis es una enfermedad infecciosa, cuyo padecimiento está estrechamente relacionado con las condiciones de vida de las personas, como por ejemplo la desnutrición. Al respecto al Organización Mundial de la Salud (OMS), en su web, señala: “Sin embargo, no todos los sujetos infectados por el bacilo de la tuberculosis necesariamente desarrollan la enfermedad. El sistema inmunológico “empareda” los gérmenes que, aislados por una gruesa envoltura cérea pueden permanecer en estado latente durante años. El riesgo de enfermar aumenta cuando el sistema inmunológico de la persona está debilitado.”Según la misma OMS, para el año 2007 a nivel de América del Sur, el Perú seguía siendo el país que presentaba mayores casos nuevos y de recaídas por cada 100000 habitantes.(i) El cuadro siguiente ilustra la evolución de este indicador para los diez países de América del Sur, de 1997 al 2007.Pero, este número de casos nuevos y de recaídas no puede ser independiente de las condiciones de vida. Una aproximación del nivel de vida sería el ingreso promedio del 70% de la población con menores ingresos. Llamaremos a este ingreso, el Ingreso de las Vasta Mayorías (IVM).(ii) Un cruce del IVM y el número de casos de TBC se representa en el siguiente gráfico.En el gráfico se observa que existe cierta relación, no lineal, entre el IVM y el número de casos. Así, en la medida que sea mayor el ingreso de las vastas mayorías menor será el número de casos nuevos y de recaídas de tuberculosis. Tendiendo a aumentar más rápido, cuando el IVM cae por debajo de los 4000 dólares (internacionales). Y como desarrollamos en un post anterior, en este aspecto no sólo será relevante el crecimiento económico del país; es decir, el incremento del producto per – cápita. En el caso del Perú observamos, que a pesar del crecimiento experimentado en los últimos años, que le han permitido alcanzar 6041 dólares de PIB per – cápita; sin embargo el número de casos correspondiente es muy superior al de países cuyo PIB per -cápita es muy inferior, como en el caso de Paraguay (4714 dólares). Es más, entre 2003 y el 2007 no parece haber habido un avance en este punto para el Perú.El crecimiento económico no basta para mejorar las condiciones de vida, también se requiere una reducción de la desigualdad distributiva, una redistribución del ingreso del 30% más rico al 70% más pobre.(iii) Este tipo de política conllevará a una reducción sostenida y coherente al crecimiento del ingreso generado en el país, del número de casos nuevos y de recaídas de TBC. Un mayor ingreso de las mayorías de menores ingresos supondrá un mejor nivel de vida, una mejora de la alimentación y un sistema inmunológico fortalecido de las personas. En el Perú, para el año 2007, hubo 32407 casos reportados de TBC, de los cuales el 45,09% eran casos de recaídas. El 24 de marzo del presente, el mismo “día de la tuberculosis”, el Ministro de Salud anunciaba 34000 casos.Sin embargo, la política económica actual del gobierno parece olvidar el aspecto distributivo de la economía. Al menos, así lo indica la legislación laboral y tributaria instalada desde el gobierno de Fujimori y que se ha mantenido inamovible a pesar de haber transcurrido otros gobiernos. Así, el problema de la enfermedad de la tuberculosis, es reducido netamente a un problema de salud, como si nada tuviera que ver las condiciones económicas de los habitantes. Por tanto, las medidas simplemente son parciales, reducidas a una política sectorial del Ministerio de Salud.(iv)---------------(i) Véase: http://apps.who.int/globalatlas/dataQuery/default.asp(ii) En este caso el Ingreso de las Vastas Mayorías (IVM) del 70%, calculado con la “regla 1,0”. Véase: http://homepage.newschool.edu/~AShaikh/VMIPaperIv3j.pdf, p. 9.(iii) Una redistribución del ingreso al interior del 70% más pobre no tendría efecto alguno sobre el grado de desigualdad de la economía. Al respecto Shaikh señala: “Hence our empirical results, as well as our investigations of the properties of various theoretical tools, tell us that the Gini coefficient is not sensitive to changes in the distribution of income within the great bulk of the population.”, pp. 14 y 15. (iv) Un estudio realizado en tres centros de salud de Lima por Musayón y otros, concluye: “45% de los pacientes presenta pobreza extrema, otro 45% es pobre y un 9.09% es no pobre, según NBI. Según valor de la canasta familiar básica, 76.76% se encuentra en pobreza extrema, 18,18% en pobreza y 6.06% es no pobre. La pobreza extrema incrementó a la mitad del tratamiento a 81.82% y se mantuvo hasta el final. . . .”. Ver: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1132-12962008000200007&script=sci_arttext