Revista Cómics

El pesado del pub

Por Mugen

Chica no soy, así que no los he sufrido, pero en todo pub hay una manada de buitres hambrientos persiguiendo muchachas. Sí, tú mismo has sido una vez uno. Prometes cosas fantásticas que luego te costará defender. Sonríes mucho, invitas a una copa porque sabes que borracha una se cree mejor los cuentos chinos e insistes, insistes e insistes más que Dora La Exploradora cuando quiere mirar en su puto mapa.

howard

Amigo mío, sabes que no eres guapo, de hecho eres hasta feote. Tienes ciertos problemas de coordinación, te huele el alerón y no tienes ni personalidad. Tu gusto en el vestir es detestable y aún te preguntas si el chorizo y la nocilla, juntos, constituyen una merienda aceptable. Pero qué demonios, eres un ser humano y tienes tus necesidades. Te han fabricado para pasar una vida feliz en el salón de una buena mujer que te quiera y te cuide tanto como tu la vas a querer y cuidar a ella. Aunque para ello, primero tienes que convencer a la susodicha de que te lleve a casa.

Cuando te acercas a ella en el pub, pesado del pub, podrías potenciar el atractivo que sea que tengas oculto, pero en lugar de eso, no puedes evitar pretender que eres guapo, simpático y que ese grano en tu nariz desaparecerá (mudarse no es desaparecer) al día siguiente. Ella no se lo traga.  Así que insistes en la misma idea, le das toda la tabarra que puedes a la chica mientras vas invitando a copas tanto a ella como a todas las del pub. Alguna caerá.

Sí, esto es exactamente lo que pienso cuando veo anuncios de Wii, de Playstation Move, Kinect, Call of Duty Declassified Y FIFA para Vita. Eso sí, me hacen sentir como una princesa, como la chica más guapa de la fiesta; pero a la vez es como si me tomaran por tonta (y una es una señorita con principios)

Sigo sin comprender cómo Wii se ha pasado la vida en comerciales y spots pretendiendo hacernos creer que la detección de movimientos era perfecta, al igual que Playstation Move y Kinect. Los anuncios deberían decir esto “Para usar el wiimote, y que funcione bien, has de añadirle wiimotion plus y una cantidad ingente de imaginación”. Lo mismo pasa con Kinect “Con él podrás jugar como SonGoku, con Kinect…. y una cantidad ingente de imaginación.

Aunque en el caso del Dragon Ball de Kinect se agradece la sinceridad a modo de frase final del comercial ” Jugarás a Dragon Ball como nunca antes lo has hecho”, no ya, menos mal. Este tipo de anuncios me recuerdan mucho a Howard Wolowitz. Siendo él el pesado del bar y nosotros la pobre Penny. Siendo él un producto videojueguil mentiroso y nosotros un consumidor mosqueado. Os pongo un vídeo para que apreciéis que entre el anuncio de Dragon Ball Kinect y éste no hay demasiada diferencia.
Casos más duros son inclusos los de COD de Vita y el Fifa. Productos chapuceros y mal rematados que se suponía que lo iban a petar. Aún así, los anuncios de estos dos juegos, como si fueran la hostia, nos asolan sin pausa en tv e internet. Por fortuna, al igual que el pesado del bar que le resulta imposible liarse con la guapa del bar, aunque la emborrache a muerte, y decide irse con las feas, en la industria del videojuego también han tenido la misma idea inventando a los casuals.

Así, el pesado del pub  decide pasar de nosotros (que somos las más monas del cotarro) y le entra a las feas (a los casuals) y descubre que empieza a tener suerte, de hecho grita a los cuatro vientos ¡¡IT PRINTS MONEY!! Feliz y contento descubre y goza con su nuevo público; y esto a  nosotros nos jode. Ya no nos hace caso ¡¿Pero si somos las más buenorras del garito?!  ¿Por qué ya no le interesamos de golpe? Es sencillo, el pesado del pub se lo tiene que currar mucho menos y moja más. Rabiosas, perdemos nuestra compostura y nos convertimos en trolls de las cavernas: “¡El pesad del pub es un cabrón, lo odiamos, es una peste!”, protestamos mientras lo peta entre su nuevo público.

Nuevos galanes llegan y nos aseguran que tienen lo que nos hace falta, que olvidemos ya a ese brasas, pero no podemos ¡¡Antes nos hacía caso!! Entonces el pesado del pub se gira, nos guiña su ojo vago y nos sonríe con sus dientes color doritos: “No os preocupéis, queridas, ahora volveré a dedicarme a vosotras, os lo prometo”

El pesado del pub

“Para mí sois únicas, princesas”


Y nos los creemos, y volvemos a caer en halagos y cuentos chinos hasta que descubrimos que somos tontos, que por muchas cosas lindas que nos estén contando, el pesado del pub sigue y seguirá siendo el pesado del pub. Todo acabará cuando las víctimas menos agraciadas del bar pasen todas por una Corporación Dermoestética espiritual a base de leer un poco antes de comprar cualquier cosa o descubran que el pesado del pub no da lo mismo que dice ofrecer, pero claro, mientras tenga público… ¿Para qué cambiar?

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