Durante este último trimestre escolar mi pequeño de tres años está comenzando a escribir su nombre y a reconocer algunas letras. Es gracioso observar que tiene muy claro cuáles son las letras que componen su nombre pero estas aún bailan buscando su lugar, sobretodo la pobre” I” de la que se acuerda al finalizar y la coloca donde quede más hueco.
Un la última tutoría su profesora nos indicó que había observado que al igual que muchos niños de su edad, no sujetaba los lápices adecuadamente. Según nos comentó es muy común debido a la asistencia de los pequeños a las escuelas infantiles desde edades muy temprana, esto les fuerza a la utilización de lápices, papel, tijeras… antes de estar madurativamente preparados. Su motricidad fina es muy básica a esas edades, por lo que tienden a aferrar los útiles con toda la mano.
Nos indicó además que durante estos momentos previos a la escritura esto no es muy problemático y suele ser bastante fácil de corregir, la dificultad viene cuando comienzan a escribir con la letra ligada y caligráfica que se utiliza durante los primeros años de primaria. Es ahí cuando la incorrecta posición de sus dedos fuerza la muñeca y resta flexibilidad a sus movimientos ocasionándoles molestias que hacen que escribir se convierta en una actividad de la que se cansan enseguida.
En las notas de nuestro pequeño volvió a venir marcada como recomendación para este verano, que cuando dibuje nos fijemos en que la posición de sus dedos es la correcta para en caso de no serlo corregirle diciéndole que utilice el “piquito del periquito” que es como lo trabajan en clase.
Comentándolo con otras mamas del cole, que suele ser una forma incluso más rápida que google de encontrar soluciones, una mama me indicó que existen pinturas, lápices y material escolar de aprendizaje para corregir estos malos hábitos. Así que hoy le hemos comprado una caja de plastidecor “peques” compuesta de pequeñas pinturas con forma triangular que le obligan a tomar la posición correcta.
He decir que él está loco de contento con su caja de pinturas y desde que hemos llegado a casa no las ha soltado, dice que le molan porque son pequeñas, las agarra bien y lo mejor de todo es que son sólo para él. Creo que eso de no tener que compartirlas con su hermana es lo que le tiene tan motivado, yo en cambio espero que se habitúe a la posición del “piquito de periquito” y de esta manera generalice su uso a los útiles normales.