(Dirigida por Marco Ferreri e Isidoro Ferry – España 1958)
Los hombres tienen que hablar sin miedo.

Son finales de la década del 50 y en la ciudad de Madrid,
Doña Martina (Concha López Silva), dama de “avanzada edad” pero “señorita”
alquila un pisito constituido por 4 habitaciones y un baño. A su vez ella
subalquila tres habitaciones: una al “calzonazos” de Rodolfo (José Luis López
Vázquez), la otra al “experto en callos” Don
Dimas (José Cordero) y la última a la señorita Mery (Celia Conde) que
por las noches tiene un “empleo decente” según piensa Doña Martina.
Doña Martina piensa que ya la muerte la está llamando, por
lo cual ha pensado que lo mejor es dejarle su pisito a Rodolfo, para ella es un
tipo decente. El problema es que las leyes dicen que “muerto el inquilino, el
derecho es del propietario” entonces sus pretensiones son improbables …… a
menos que exista un “lazo” entre ambos.

Pero ¿Quién es Rodolfo?. Es un buen hombre que tiene una
novia eterna con la cual lleva una relación de 12 años. Petrita (Mary Carrillo),
su novia, quiere casarse y tener hijos (antes que se le pase la hora….. por no
decir que ya se le está pasando), pero quiere hacer todo en regla, piso
incluido. Rodolfo es de aquellos hombres que siempre quiere que otros solucionen
sus problemas por él, por eso Petrita dice que es un calzonazos. Al fin y al
cabo su futuro lo está decidiendo ella y Doña Martina. Petrita se encuentra
dispuesta a terminar definitivamente con Rodolfo porque “le ha dado los mejores
años de su vida y sólo ha conseguido perder la ilusión y la vida” por esperar a
que él se despabile y se ponga bien los pantalones. Petrita, cansada y a
sabiendas que Rodolfo siempre va ser un calzonazos, piensa en una solución:
“Que Rodolfo se case con Doña Martina”, al fin y al cabo la “señorita de
avanzada edad” se encuentra pronta a morir, al menos eso es lo que ella piensa……
porque del dicho al hecho hay mucho trecho. Y por lo visto Doña Martina, más
que pronta a morir es hipocondríaca, tal vez lo que necesita es el afecto de un
hombre bueno como Rodolfo …. tal vez.
“El Pisito” es una comedia que nos muestra la vida en los edificios. Los vecinos con el
chisme y rajando de otros, el hacinamiento en algunos pisos por la abundancia
de niños, los problemas por el uso de espacios, los gritos que te despiertan en
la madrugada, etc. Vivir en un edificio es fuente de muchas historias por las
interrelaciones que se dan en el día a día, como en este caso donde el amor
puede surgir en cualquier momento y a cualquier edad.