Revista Psicología

El placer de dejar de fumar... con un poco de meditación diaria

Por Blasramon

Espero que los contenidos sean de tú interés.
Blas Ramón Rodríguez © 2016

El placer de dejar de fumar... con un poco de meditación diaria

Dejar la mente en blanco no es sencillo, para qué nos vamos a engañar. Meditar requiere de aprendizaje y práctica; a nadie se le escapa, sin embargo, los beneficios que puede aportarnos la meditación por su capacidad para ayudarnos a relajar y calmar nuestra mente. Entrenar nuestra atención es una acción muy positiva para frenar la ansiedad relacionada con las adicciones. Autoayudarnos con meditación, como ocurre con cualquier otro medio utilizado para dejar de fumar, no evita las recaídas, pero nos hace fuertes para sobreponernos si nuestra decisión de dejar el tabaco es determinada. La meditación aporta a nuestra estrategia para vencer la adicción tabáquica una mayor comunicación entre nuestras regiones cerebrales relacionadas. Sabemos que en las personas que tienen por costumbre meditar el envejecimiento del cerebro es más lento, igual que sabemos que el envejecimiento en las personas fumadoras, incluido el del cerebro, es precipitado.

Para cambiar a una vida sin humo de tabaco hay que empezar por una decisión firme, que no resulte algo difícil de cumplir, por ejemplo : "Las técnicas de Mindfulness que hoy utilizamos para abordar muchos estados de ansiedad, parecen estar demostrando eficacia en la terapia general de lucha contra la adicción al tabaco. El Mindfulness involucra prestar Hoy no fumo", una decisión que con mayor o menor esfuerzo parece al alcance de casi todos los fumadores activos. Quiero hacer hincapié en que este tipo de decisiones, sencillas, accesibles, no pretenden controlar los pensamientos, entre otras cosas porque esa intencionalidad sólo es generadora de más estrés. Lo que si pretende es ayudar a que los pensamientos no te controlen a ti. En consecuencia, se trata de acompañar nuestra decisión de una acciones temporales concretas que la refuerce. Una de ellas es la práctica de la meditación. Si se tiene un rato libre por las mañana o por la tarde podemos practicar el dejar la mente en blanco, o al menos centrarnos en algunos pensamientos sin prejuicios, sin reaccionar o enfrentarnos a ellos. Lo que conseguiremos con estos momentos de espaciosidad mental es minimizar los efectos de las situaciones de estrés, que en general son la principal causa de la adicción y la acción de matarnos lentamente a bocanadas de humo.
atención con intención. Su práctica nos aporta experiencias que impregnan un sentido de vida, un modo de conducirnos en situaciones y momentos concretos. La conciencia de la salud que adquirimos al observar y descubrir el daño que nos provoca fumar, por las sensaciones que percibimos de nuestro propio cuerpo, forma parte del éxito de esta técnica y esta terapia de aceptación y compromiso.


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