En 1927 el físico alemán Werner Heisenberg propuso que, en mecánica cuántica, no se puede conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de una partícula con exactitud. ¿Sucederá lo mismo con los planetas? Tal vez solo con éste.
Órbita del hipotético planeta Nueve, llamado también planeta X (equis como la incógnita, no X como el número romano 10) comparada con las órbitas de otros objetos trans-neptunianos. Crédito de la gráfica: A. CUADRA/SCIENCE
Tenía el plan perfecto: me levantaría a las cinco de la mañana, tomaría mi cámara y saldría rumbo al Crater de la puesta de Sol justo a tiempo para fotografiar la conjunción de los planetas con la Luna. Desafortunadamente el Universo tendría otros planes y el viernes por la tarde el mecánico dictaría la sentencia:
– Pueees, se puede llevar la camioneta, pero tiene una fuga en la madrola de la direccíon y hay que desarmar el tanque de gasolina para reemplazar la machinguepa, además de que tiene floja la barra esa que hace algo importante…
Al menos eso fue lo que logré entender en su dialecto automotriz. Sobra decir que tuve que dejar mi flamante nave en el taller durante todo el fin de semana.
Todavía no acababa de hacer mi coraje cuando remató:
– ¿Y qué pasó con eso de que encontraron un nuevo planeta? ¿Entones Plutón es planeta o no?
:(">:(">:(">:(">:(">>:(
El planeta Nueve
Hace unos días salió en el Astronomical Journal un artículo en el que los astrónomos de Caltech Mike Brown y Konstantin Batygin proponen que debe de haber un planeta gigantesco en los confines del Sistema Solar.
El artículo resonó en los medios con encabezados que terminaron por confundir a todo el mundo: “Descubren un noveno planeta en el Sistema Solar”.
Un momento, ¿noveno? a ver: 1) Mercurio, 2) Venus, 3) Tierra, 4) Marte, 5) Júpiter, 6) Saturno, 7) Urano, 8) Neptuno y 9) Plutón…
¡Ah! es verdad, Plutón ya no es un planeta-planeta, es un planeta enano según la definición de la Unión Astronómica Internacional (pero parece planeta ¿no?). ¿Y porqué este nuevo planeta se llama “Nueve”? simplemente porque así lo bautizó Mike Brown. Este no es un nombre oficial, y para que tenga un nombre oficial pues primero tienen que encontrarlo.
En teoría, debe estar por ahí
Si nadie lo ha visto, ¿cómo saben que existe? La idea es muy simple y solo requiere de una fuerza física: La gravedad. En el espacio, los cuerpos más masivos atraen a los menos masivos alterando su movimiento y creando órbitas. Por eso todos los planetas giran alrededor del Sol al ser éste el objeto más masivo del Sistema Solar. Pero los planetas también se atraen entre ellos. Si analizamos las órbitas de los planetas más externos notaremos que hace falta otro planeta que los “jale” y explique el movimiento observado. Esta idea ya ha funcionado antes, después de todo así se encontró a Neptuno y a Plutón. Claro que en aquél entonces los cálculos se hacían a mano.
Batygin y Brown notaron que varios objetos que se encuentran más allá del cinturón de Kuiper parecían amontonarse, como si hubiera algo grande ahí que los mantuviera juntos. Para averiguar que era lo que estaba pasando, metieron las características de las órbitas de seis objetos (Sedna, 2012 VP113, 2010 GB174, 2007 TG422, 2004 VN112 y 2013 RFS98) en un código de simulación numérica, pusieron a correr el programa en la computadora y esperaron los resultados.
Lo que encontraron fue que esta aglomeración no es una mera coincidencia, y que muy probablemente se deba a la existencia de un planeta con una masa diez veces mayor que la de la Tierra que se encuentra a una distancia de 700 Unidades Astronómicas (o 10 mil millones de kilómetros) y que tiene un período orbital de 20,000 años (lo que quiere decir que para que nos caiga encima al estilo de la película “Melancholia”, y eso si es que existe, todavía falta mucho tiempo).
Estos resultados tampoco son nuevos: Rodney Gomes y sus colaboradores propusieron algo similar, primero en el 2006 y luego en el septiembre del año pasado, y en el 2014 cuando Chad Trujillo y Scott Sheppard publicaron en Nature el descubrimiento de 2012 VP113 ya hablaban de que la órbita de éste posiblemente estaba siendo influenciada por un planeta aún sin descubrir.
¿Dónde está este gigantesco planeta?
Ahora solo hay que encontrarlo. Solo hay que apuntar los miles de telescopios que hay en la Tierra, y en el espacio para dar con él ¿no?
Tristemente, la cosa no es así de fácil porque en primer lugar no se conoce su posición con exactitud. El mismo Mike Brown publicó en su blog el siguiente gráfico que muestra los posibles rangos de coordenadas de donde podría estar (ascensión recta y declinación), el brillo (magnitud en V) y la velocidad (segundos de arco por hora) que podría tener y la distancia en Unidades Astronómicas a la que se podría encontrar del Sol.
Posibles órbitas del planeta Nueve. Las líneas rojas indican los límites de la Vía Láctea y la línea azul indica la eclíptica. Crédito: Mike Brown/Caltech
Tomando en cuenta los resultados de varios programas de búsqueda recientes como WISE y Pan-STARRS, Brown cree que es muy probable que el planeta Nueve se encuentre en su afelio vagando en un área del cielo justo en dirección a la Vía Láctea. Aislar un punto diminuto de luz entre todas esas estrellas es tal vez la razón por la que nadie lo ha visto aún y tal vez no lo vean en unos cuantos años.
¿Es el planeta Nueve la única explicación a la extraña órbita de Sedna y los demás? No, pero tal vez sea la más sencilla. Otra cosa que podría causar este amontonamiento es que, por ejemplo, una estrella hubiera pasado muy cerca hace muchos años jalando a los pequeños objetos como patitos que siguen a su mamá pata.
Y si queremos hechar a volar nuestra imaginación podemos crear teorías alternativas que involucren materia oscura, partículas exóticas, o porqué no meter un poco de mecánica cuántica y decir que los planetas simplemente siguen el principio de incertidumbre de Heisenberg y entre más queremos conocer sus órbitas con exactitud (observando su posición en el cielo), menos podremos conocer su momento (velocidad x masa), y como consecuencia, siempre nos faltará un planeta que ajuste esas pequeñas discrepancias…
Lo que sí es muy interesante es que sigamos ampliando nuestro conocimiento del Sistema Solar, y aunque ya es casi rutinario descubrir planetas en otras estrellas, el hecho de que nuestro propio vecindario pueda darnos aún más sorpresas nos demuestra lo mucho que nos falta por explorar.
Y ¿saben que? les dejo esta foto de César Cantú que sí se levantó temprano a ver los *seis* planetas.
Seis planetas visibles (contando a la Tierra), la Luna y la Vía Láctea. Fotografía de César Cantú (http://www.astrophoto.com.mx).
Enlaces sobre este tema:
Artículo del Astronomical Journal: http://iopscience.iop.org/article/10.3847/0004-6256/151/2/22
Anuncio oficial en el canal de YouTube de Caltech: https://youtu.be/6poHQ2h00ZA
Blog de Mike Brown: http://www.findplanetnine.com/