Star Wars El Poder de la Fuerza II / LucasArts / PS3-Xbox360
No soy lo que se dice un fanático de la Guerra de las Galaxias, pero he de reconocer, como ya hice en su momento en este mismo programa, que uno de sus videojuegos estrella, “El Poder de la Fuerza”, me enganchó irremediablemente a su acción e historia.
No era una obra maestra desde luego, tenía fallos más que evidentes y muchas carencias para poder equipararse a las grandes joyas del momento; pero aún así era un título que tenía ese algo, ese “que se yo” que nunca hemos sabido definir en el programa, que convierte un juego mediocre, un juego del montón, en una experiencia muy divertida.
El juego tenía algo, y tenía también carisma, prometiendo unir los cabos sueltos que habían quedado entre ambas trilogías, ofreciéndonos tomar el control de un personaje memorable, un caballero Sith con muy malas pulgas aprendiz del mismisimo Darth Vader.
No se yo que opinarán los puristas, pero el título, y particularmente su historia, me fascinó desde el primer momento. Era una historia alejada de los insustanciales argumentos de juegos similares y respondía por fin mis deseos, por lo menos en consola, de poder encarnar a un Sith y liarla parda.
No se, también tenia algo que no se definir, pero el caso es que podría llegar a decir que me emocionó y todo.
El juego tenía varios finales pero, sin entrar en spoilers, en ninguno de ellos la cosa acababa muy bien para el aprendiz de Darth Vader. Su argumento era totalmente autonclusivo.
Vamos, que no había nada más que contar. “El Poder de la Fuerza” acababa bien, con un final emocionante y épico. No hacía falta nada más…
Pero ya sabéis como es esto de los videojuegos, en que al simil de un cómic Marvel se rescata y resucita a quien sea necesario con tal de seguir chupando del bote. Y apenas tres años más tarde, habemus ya secuela.
No estaba muerto, que estaba de parranda... Y ahora con dos sables, que mola más.
Las premisas de esta secuela, “El Poder de la Fuerza II”, son basicamente las mismas que antaño: ofrecer la diversión y posibilidades de ponerte en el papel de un caballero del lado oscuro que no racanea a la hora de utilizar sus poderes, maltratando y torturando StormTroopers cual juguetes por el camino.
Esa fue básicamente la razón por la que disfrutamos como críos con la precuela, y quien diga lo contrario miente.
Pero una premisa, por muy buena y sugerente que sea, pierde todo el sentido cuando no viene acompañado de una buena excusa argumental.
Y ya no es que no hacía falta contar nada más en este sub-universo de Starkiller y compañía… es que cualquier intento de rescatar a sus personajes, conociendo los finales de la precuela, convierten de antemano al juego en algo rídiculo y sin lógica.
Y eso, aunque sea cargándose el supuesto canon oficial de la Guerra de las Galaxias.
Recuerda, has de sentirte decepcionado en el orden que Lucas tiene planeado...
“El Poder de la Fuerza II” es un juego que huele mal ya desde el momento en que rompes su plástico protector.
Para empezar, su historia… Ridícula y sin sentido, ya lo he dicho. Empezamos sin saber quien somos, ni donde estamos ni porque hacemos lo que hacemos… Y lo que es peor es que, ya os aviso, es una sensación que nos acompañará durante todo el juego.
El juego parece estar hecho con prisas, porque aún que rescata la jugabilidad del original, los mapas no están tan bien pensados como antaño, se repiten hasta la saciedad y se nota en general un muy mal acabado.
Las cámaras dejan mucho que desear en no pocas ocasiones y la cantidad ingente de enemigos simultáneos en pantalla convierten el utilizar los poderes Sith, más que en un placer, en un tedio machacabotones.
Los Quicktimes, esas escenitas donde mostrar como Starkiller se luce con sus poderes, se repiten hasta la abundancia, y los puzzles… bueno, el nivel de inteligencia que denotan es en ocasiones insultante.
Son para empezar, aspectos que me han hecho pensar… Porque no es que la precuela tampoco destacara con fuerza en estos aspectos. Puede que recuerde con demasiado cariño la primera entrega, pero estoy convencido que en aquel no hubo tantos momentos en que estuve, literalmente, a punto de dejar el mando, apagar la consola y abandonar el juego asqueado.
Una vez tiene gracia, dos también, diez tiene un pase... Quinientas treinta y cuatro empieza a cansar.
Pero al margen de todos estos detalles, donde reside verdaderamente el tufillo de “El Poder de la Fuerza II” es en su desmedida ansia por ofrecer fanservice.
Es lógico que en sagas como Star Wars, hace falta bien poco para que los fans mojen las bragas, de hecho, ya en la precuela disfrutamos de cameos de personajes como Leia o Chewie, que no venían muy a cuento pero bueno, alegraban la vista.
Pero es que en esta entrega, el sinsentido de algunos cameos es exagerado. Bobba Feet, por ejemplo, aperece de vez en cuando sin más explicaciones; pero el peor con diferencia es el caso de Yoda.
El ejemplo del uso de Yoda en este videojuego es para enseñar en Masters sobre Videojuegos… sobre como NO se hacen las cosas.
Los fans estuvieron durante semanas haciéndose verdaderas pajas mentales tras el anuncio oficial que Yoda estuviera en la secuela… Los ánimos estaban muy revolucionados; los seguidores soñaban con un gran combate épico, una batalla cooperativa, alguna revelación sobre uno de los personajes más queridos por el fandom…
¿Sabéis cual es el inteligente uso de Yoda en “El Poder de la Fuerza II”?
Starkiller siente en un momento del juego que necesita meditar… Por alguna razón y porque la galaxia es muy pequeña, decide que el mejor sitio es Dagobah.
Tras llegar, nos permiten tomar el control. Recorremos una fase recta durante dos minutos, sin enemigos, sin plataformas, sin peligros, hasta que llegamos a una cueva y se inicia una cutscene.
Aparece Yoda, sentado frente a la mítica cueva donde años más tarde, Luke se enfrentará a sus miedos. Ambos se saludan, como quien se saluda en la panadería al pedir quien es el último, Starkiller entra en la cueva, se enfrenta a sus peligros, sale, saluda a Yoda que sigue por ahí sin levantar ni una ceja, y la cutscene acaba.
Volvemos a estar en el espacio tras una cutscene de varios minutos… ¡¡para ver otra cutscene!!
Ése es el uso que sus desarrolladores hacen del maestro Yoda. Esa es la demostración de como se plantea un videojuego in-te-rac-ti-vo.
¿Aporta algo a la jugabilidad? No. ¿Aporta algo a la historia? No. ¿Han retratado a Yoda como un viejo demente que en vez de mirar obras del ayuntamiento, se dedica a esperar jovenes atribulados a la puerta de una cueva? Si.
En mis tiempos sí que se hacían buenos videojuegos...
Las cutscenes no son precisamente cortas, ya lo veis… Y ahí se aviva el tufillo del juego. Porque vale, el juego es corto y repetitivo, defectos del que la precuela también podía “presumir”, pero hay videos, muchos videos, y algunos excesivamente largos. O peor aún, que no aportan nada al juego.
No solo es un título corto, que dura apenas un par de tardes… Es que igualmente se nota que lo han alargado de forma artificial, con riadas infinitas de enemigos como ya he comentado, o batallas contra enemigos finales alargadas expresamente hasta la saciedad.
La propia batalla final, que es lógico pensar que va a ser épica, supuso para mi una de las batallas más largas y tediosas que un servidor ha tenido que sufrir jamás en un videojuego. Que cada zarpazo de sable laser le quite a éste apenas un pixel de barra de vida es desquiciante.
Mil zarpazos de sable laser más tarde, la puñetera barra seguía ahí, bien llenita...
“El Poder de la Fuerza II” se define con una sola palabra: Innecesario.
Y siento ser tan duro, de verdad, y me sabe mal porque al final, a nadie le gusta que le digan eso de su creación… Yo por ejemplo preferiría que dijeran que mi juego es un chusto antes que innecesario.
Pero es que es lo que es. Para empezar, no aporta absolutamente nada a la experiencia de su precuela y además se carga gratuitamente la cuidada base argumental que desarrolló ésta. Pero es aún peor… El título empieza ofreciéndonos mil preguntas, y al final no se da respuesta a ninguna de ellas. Queda completamente abierto sin más, y ¿sabéis lo peor? Que quedará abierto ad eternum, porque las preguntas iban a encontrar respuesta en su tercera entrega, título que ya ha sido anunciado que nunca verá la luz.
¿Para que ibas a ver “El Imperio Contraataca”, sabiendo que jamás podrías ver “El Retorno del Jedi”? Mejor quedarse con el buen recuerdo de “Una nueva Esperanza”, ¿no?
Pues eso mismo aplicadlo aquí.
“El Poder de la Fuerza II” pues, lo máximo que consigue es empañar el recuerdo, muy grato, del original. Es verdad que la precuela tenía sus fallos, ya lo he reconocido, pero tampoco tan grandes como éste ni con aspectos tan redudantes.
La pregunta es clara… ¿Y ahora qué? ¿Podrá redimirse algún día Starkiller a los ojos de los que hemos tenido la desgracía de probar la secuela? Ojalá sea el caso, pero esta claro que así, no.
Puntuacion: Del Monton