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El poder prohibido

Publicado el 25 febrero 2013 por Mamaconvergente2
El poder prohibido

El poder prohibido

Todas tenemos un poder. Pero ese poder tiene un problema: está prohibido.

Hace unos años coincidí con una compañera de trabajo que hacía que me pusiera profundamente nerviosa cuando me acompañaba a una reunión. Era una mujer menuda, de pelo largo y moreno. Rondaba los cuarenta años de edad. Quiero contarte cómo era una reunión tipo. Una o dos personas, generalmente hombres, nos invitaban a entrar en el despacho donde iba a comenzar la reunión. Ella les saludaba con la mano y con una enorme sonrisa. Estrechaba su mano a la vez que sonreía de una manera tan erótica que de haber hielo en la sala podría haberse derretido. Mientras yo exponía cada punto del contrato que estábamos deseando firmar ella se dedicaba a tomar un mechón de su pelo en el dedo y enrollarlo una y otra vez mientras miraba fijamente a los ojos a nuestros estupefactos interlocutores hasta que ellos tocaban su anillo de casados y ella miraba fijamente entonces a su mano. Siempre acababan los contratos firmados y yo claramente molesta con su actitud.

Alguna vez le comenté que me resultaba incómoda su actitud, y también poco profesional. Ante mi desconcierto esa misma actitud que había tomado antes con los ahora clientes, era la misma que usaba contra mí, lo que hacía que me pusiera más nerviosa aún y diera la conversación por terminada sin obtener ningún cambio.

En realidad no podía controlar el increible molestar que me provocaba su comportamiento. Pero después de un tiempo me di cuenta que era lo que realmente me molestaba, y es que el poder que ella estaba utilizando a mí me lo habían prohibido. Y seguramente a ella también, sólo que ella decidió saltarse esa prohibición y poner en valor ese poder que todas tenemos pero que nos han culpado por usar.

Cuando somos pequeñas nos enseñan dos cosas: lo femenino no consigue poder y usar el erotismo para conseguir tus propositos está mal.

Antes de continuar quiero separar el claramente el concepto de la feminidad y el erotismo. La feminidad es una característica intrínseca femenina, muy discutida a lo largo de los años. Mientras algunos autores afirman que la feminidad es aprendida, que es puramente cultural, otros afirman que es biológica. La feminidad se refiere a aquello que consideramos femenino. Las cualidades que podemos considerar como femeninas puede ser la delicadeza, la capacidad de comunicarse, el mundo de los sentimientos, el caracter cuidador o la empatía. Estas características que se asocian a lo femenino, a la mujer, es lo que se discute si es aprendido o si es biológico. Estas características femeninas son las que nos enseñan a pensar que no tienen nada que ver con el éxito.

El erotismo por el cotrario está asociado a ambos sexos. Un hombre o una mujer pueden ser eróticos. Lo femenino, unido a lo erótico, es el poder prohibido. Unir lo femenino a lo erótico es un poder nuestro, un poder de todas, un poder que socialmente está aceptado si se usa en la publicidad y está mal usarlo en los negocios.

Sin embargo, lo que es natural a los 15 años o a los 20, a partir de cierta edad lo vamos perdiendo. Muchas mujeres prefieren no mostrar la feminidad en los negocios, y aún menos el erotismo. Quizás porque es un poder tan incuestionable que nos prohibieron usarlo. A pesar de ello son cuantiosos los casos en que las mujeres en la historia han utlizado ambas capacidades para prosperar.

Volviendo a mi compañera, puedo afirmar que las negociaciones con ellas eran incómodas, pero también extraordinariamente efectivas. Ella era en sí misma un anuncio de perfume masculino. Tenía la capacidad de seducción. Una seducción medida y ensayada que ella manejaba a su antojo. No era una pose natural, eran movimientos aprendidos y ensayados.

El erotismo y la seducción están intimamente unidos. Lo saben los expertos en márketing y lo usan ¿poqué tú no tienes el derecho a usarlo?

Con la edad y a menudo tras el nacimiento de nuestros hijos, el erotismo queda relegado, pero es necesario recuperarlo porque es una parte esecial de nuestra persona. Puede que nunca te hayas sentido erótica, pero es algo que también se estrena, como el don de palabra. Hay personas a lo tienen a flor de piel de forma mucho más natural, pero no quiere decir que no se pueda entrenar.

Si todo el mundo puede aprender a hablar en público, o puede tener carisma, también puede resultar erótico sin importar la edad o el físico.

Tras contar ésto en un correo privado a mis suscriptores (puedes suscribirte en la parte derecha de mi blog) fueron muchas las preguntas acerca de cómo pueden recuperar ese erotismo. Me he tomado el tiempo necesario para poder incluir estos consejos que tienes a continuación:

  1. Consigue la seguridad necesaria para usar el erotismo. La compañera de la que te hablaba anteriormente no era especialmente guapa, ni tenía ninguna característica personal que sobresaliera, pero tenía una seguridad pasmosa. Sabía que tenía ese poder. No puedes sentir el erotismo y transmitirlo sin estar predispuesta a ello. No necesitas una indumentaria especial, pero estamos de acuerdo en que no podremos sentirnos suficientemente seguras si no nos sentimos suficientemente seguras con nuestro exterior y lo que transmite. Es mucho más complicado sentirse segura en chandal que enfundada en un traje de chaqueta, por la misma razón que no nos sentiremos bien hablando ante un auditorio con una camisa manchada. No es necesario ni una falda ni unas medias de red. Seguramente te sientas más segura y menos ridícula con una ropa adecuada a tu estilo y a la situación. Ambos conceptos son importante, estilo y situación. Yo por ejemplo soy incapáz de usar rimel, porque me lloran los ojos. Da igual lo bien que me vea, nunca me sentiré segura con él. Igual que tú puedes no sentirte segura con tacón de aguja. Es fundamental transmitir una imagen acorde a la situación y  que te aporte seguridad. Cuida por tanto los detalles que necesitas para ello. Puede que el exterior sea menos importante que el interior, pero es lo primero que se ve.
  2. La autoimagen se puede trabajar. Tú tienes una imagen de tí misma que transmites a los demás. Este blog transmite una imagen de mí. Puede que no me conozcas, sin embargo puedas intuir como soy. Yo tengo una imagen de mi misma, y es la que te transmito. Cuando me veas puedo sorprenderte, y cambiar esa imagen, pero en el transcurso de una conversación volverás a cambiar la imagen que tienes de mi. Hay muchos experimentos en psicología que apuntan a que la imagen se construye. Tú puedes ver una fotografía y verás esa imagen diferente a una persona con la que tratas normalmente. Hay personas guapas, que tras tu trato con ellas comienzan a no parecerte tan guapas. A veces esto no se produce en días, sino en minutos. La forma de moverte, de hablar, puede hacerte más atractiva. En japón, la ceremonia del té es arte en movimiento. El arte de moverse, de expresarse en el movimiento. Estudia como te mueves y explora en tu interior que puedes mejorar, trabaja tu imagen, tu movimiento a través de ti. Imagina tus gestos, los que más atractivos te resulten y entrénalos. Esto te ayudará a hacerlos tuyos.
  3. Atiende a la mirada. La mirada es capaz de imponerse. No dudes en mirar fijamente y sonreir, mantener la mirada y sólo alejarla cuando tú quieras hacerlo. Al mirar intensamente estás ganando el espacio necesario. Cuando veas el poder de una mirada y como consigue poner nervioso a un “adversario” ganarás la seguridad adecuada para rebatir sus argumentos. En un negocio o en una reunión, cada cual tiene su papel y su estrategia. Una frase genial del político Harry Truman es “Si no puedes convencerlos, confúndelos”.
  4. Enfréntate al espejo. Gana seguridad, ensaya al espejo tu mirada, tus gestos, tu sonrisa, la forma de mover tus manos al hablar. Ensaya con tu erotismo. Es una función. El erotismo no es ni más ni menos que asumir un rol. El rol del poder de la conquista. Una conquista amorosa o una conquista cualquiera, eso depende de los valores que hayas decidido aceptar.
  5. Ejecuta un rol. A veces necesitamos alejarnos del objeto para poder observarlo. El erotismo no es más que el rol que tenemos en un momento dado. No te comportas igual con tus padres que con tus hijos, con tus amigos o con tu jefe. Ejecutas roles. Entiende que es un rol que representas y siéntete libre de ejecutar tu papel.
  6. Entiende que es un poder, por tanto tú controlas la situación. Estás en tu derecho a utilizarlo si lo quieres. Es una parte de tí, igual que el don de gente o el don de palabra. ¿Porqué no se valora de igual manera el don del erotismo o la seducción?

Como cualquier don o rol se puede ensayar. Es bueno demostrarte a tí misma que aún no está del todo dormido el erotismo, que es algo controlable, que puedes usar. Manténlo en forma, úsalo con tu pareja y en la faceta de tu vida que te parezca oportuna. ¿Porqué negarnos el poder del erotismo?

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