XXIV
El viento juega a desafío
cuando vienen los nudos a cimbrar las palmeras
Se lanza en erotismo como un dios que dispone
latigando la costa con la lengua
Se vierte en escándalo
al poema que gasta el desparpajo
en ajetreo histérico de niebla
que deteriora al mundo
porque llega de lejos la tristeza
Te lo decía –amor- cuando amanece
hay un hambre de azul por los rincones
y un impulso de luz sobre la muerteMarina CentenoDe Erosión