Planos e imágenes por Zaha Hadid Architects.
Por segundo año consecutivo, el RIBA (Royal Institute of British Architects) otorga a Zaha Hadid el premio Stirling al mejor edificio europeo proyectado o construído en Reino Unido por su Evelyn Grace Academy en Brixton (el año anterior se le concedió por el Museo MAXXI del Arte del siglo XXI en Roma). Esta decisión ha resultado polémica debido a la disparidad de opininión de público y jueces, que han tomado la decisión en última instancia a pesar de que el edificio proyectado por Hadid solamente haya recibido el 2.8% de los votos del público frente a un abrumador 62.9% que decantaba el premio a favor del Velódromo Olímpico de Londres, de Hopkins Architects, al que podéis echar un vistazo aquí.
El conjunto, de 10.745 metros cuadrados, consta de instalaciones deportivas, espacios comunales y aularios, interconectados entre sí mediante lugares de reunión abiertos que teóricamente fomentan la convergencia de actividades y el intercambio. El enclave, al sur de Londres, consiste en un barrio residencial en pleno proceso de regeneración, acotado por dos arterias de circulación principales. Se busca, pues, formar parte de esa regeneración local mediante un edificio que asuma un fuerte carácter local y una identidad propia para el barrio.
Planta primera
Planta baja
Tras esta pequeña descripción, debo aclarar que no es mi intención realizar una simple exposición del proyecto en sí, sino más bien reflexionar sobre el resultado de las votaciones y la decisión del jurado. Ambos proyectos parecen hablar de temas similares, pero cuando nos fijamos, utilizan expresiones totalmente distintas, y en última instancia, el mensaje es prácticamente opuesto.
Centrándonos en el edificio de Hadid, por resultar ganador, parece que ese carácter e identidad buscados se traduce en una propuesta escultórica (una más) que parece continuar la senda, tan transitada últimamente, del edificio objeto y deautor, dejando la ergonomía, la funcionalidad interna y la relación entre los elementos para la retórica de la descripción, donde todas las actividades teóricamente convergen y las relaciones son fantásticas y productivas.
La portavoz del jurado, Angela Brady, argumentaba: “The Evelyn Grace Academy is an exceptional example of what can be achieved when we invest carefully in a well-designed new school building. The result - a highly imaginative, exciting Academy that shows the students, staff and local residents that they are valued - is what every school should and could be. The unique design, expertly inserted into an extremely tight site, celebrates the school’s sports specialism throughout its fabric, with drama and views of student participation at every contortion and turn. Evelyn Grace Academy is a very worthy winner of architecture’s most prestigious award and I am delighted to present Zaha Hadid Architects with this accolade.”
Por último me gustaría finalizar continuando (perdón por la paradoja) con la reflexión que ya viene siendo un tópico contemporáneo de la relación entre arquitecto y, llamémoslo así, peatón.Cada vez entiendo menos la tendencia del primero a permanecer autista a los gritos (que ya no susurros) del segundo.
En este caso y para estos premios, supongo una gran cantidad de votantes relacionados directamente con el mundo de la arquitectura, pero podemos encuadrarlos en el conjunto del pensamiento mainstream. Suponiendo esto así, es obvio debido a la diferencia abismal de votos, que los representantes de las ideas o intenciones contemporáneas sobre arquitectura (personificados en este caso en el jurado) están lejos de complacer las voces de los indignados usuarios que han de sufrir caprichos estéticos y de representar a los arquitectos más preocupados por hacer buenos proyectos que por salir en portadas (no pretendo incluir a Hadid), hecho que continúa forzando a divergir los caminos del arquitecto y del usuario, y alejando la profesión del contacto con la realidad.
Leía esta noticia poco después de alegrarme tremendamente al saber que unos amigos, relativamente ajenos a la profesión, se interesaban por acudir a una proyección en Valencia del archiconocido documental sobre Norman Foster (gracias Nika). Por un momento recuperé la esperanza de que los usuarios de la arquitectura que proyectamos volvieran a creer en nosotros, ya no para construir nuestras ideas y sueños, sino para hacer realidad los suyos y conseguir que vean la arquitectura como nosotros la vemos, y a los arquitectos como proveedores de respuestas bonitas y eficaces, y como personajes cercanos.
Quizá esté siendo demasiado drástico y al fin y al cabo esa diferencia de votos (reitero, de más de un 60%) no sea tan representativa de la situación actual, pero para eso están vuestros comentarios, para sacarme de mi error.