El pony colorado. John Steinbeck.

Jody es un niño de diez años que vive en un valle de California. Hijo de rancheros, lleva la vida normal y típica de un niño de la zona (colegio, ayuda en el rancho y el disfrute del paisaje que le rodea acompañado de su perro), hasta que un día recibe un regalo inesperado de su padre: un pony colorado al que deberá cuidar, adquiriendo nuevas responsabilidades y viviendo algunas experiencias que irán forjando su carácter e iniciando el camino hacia la madurez.
Esta novela corta/relatos largos  se compone de cuatro historias independientes pero con una base común. La familia de Jody y el bracero Billy, mano derecha del padre, están presente en todas ellas, y son los personajes secundarios los que irán variando y los que irán dejando huella en nuestro joven protagonista conforme van apareciendo.
John Steinbeck plasma en estas páginas recuerdos de su niñez. Ante el fracaso de sus primeras novelas, optó por los relatos basados en su propia infancia y ambientados en el Valle de Salinas, donde se crió, y el resultado no podía haber sido mejor.
No estamos ante un libro amable cuyo protagonista es un niño idílico con una familia ideal que corre por las praderas y disfruta oyendo el canto de los pajarillos, no. Jody es un niño de diez años, con las inquietudes, dudas, curiosidades y travesuras propias de su edad. Su padre es frío y distante. Su madre está completamente volcada en las tareas del hogar. Incapaces de mostrar sus afectos,  será Billy, el bracero, el que pase más tiempo con Jody, enseñándole, aconsejándole,   conviertiéndose en alguien muy importante para él.
Una vez más, a Steinbeck no precisa de grandes descripciones ni demasiadas páginas para trasladarnos a otro lugar, presentándonos unos personajes muy bien perfilados y mostrando la vida en las praderas donde creció. Estamos ante una pequeña joya de las llamadas novelas de iniciación, donde acompañaremos a un niño en el aprendizaje de importantes lecciones de vida, donde descubrirá que los mayores no tienen todas las respuestas, que la muerte acecha, que los ancianos a veces prefieren el pasado ante la incomprensión y la soledad del presente y que, aunque pongas todo de tu parte, las cosas pueden salir mal. Ha sifo todo  un placer mi reencuentro con Steinbeck.