El legado de Gutenberg no ha llegado a su fin, los libros electrónico no sustituirán al libro impreso todavía. Después de la televisión, aún tenemos el cine y la radio, no hay necesidad de temer que los libros sólo se podrán ver en los museos cómo valiosas antigüedades. La industria del libro que conocemos y entendemos hoy en día seguirá prosperando, pero se transformará y se adaptará al mundo electrónico. En los próximos años, los libros impresos seguirán representando la mayoría de las ventas, como siempre el mundo on-line convivirá con el mundo of-line. La tecnología puede cambiar rápidamente, pero los hábitos de las personas van a otro ritmo mucho más lento.Pero no nos equivoquemos, la proliferación de dispositivos modernos de lectura, como el Kindle y el iPad, van a marcar el comienzo de una transformación digital, en el momento que sus precios sean más populares, este nuevo formato se convertirá en el rey de nuestros dispositivos móviles.
Muchos editores ven este nuevo formato como una amenaza para su negocio tradicional, pero la realidad es bien distinta; primero porque su negocio es vender contenido indistintamente del formato que utilice.
Segundo, porque pueden reducir sus costes de producción drásticamente. Tercero, porque pueden evitar los costosos márgenes de stock y los problemas de devoluciones del canal “retail” y cuarto porque significa la creación de un nuevo mercado para los clientes que no son frecuentes compradores de libros y que podría encontrar libros electrónicos con contenido multimedia atractivo.Los editores también deberán diseñar una nueva estrategia de precios, un precio bien pensado puede ayudar a los editores ganar nuevos clientes vendiendo algo más que un simple libro y así evitar, las tan temidas, descargas gratuitas. El contenido de un libro puede ser disgregado (o versionado) en unidades más pequeñas, en diversos formatos y en diferentes opciones; además del libro impreso en blanco y negro o en color, un PDF imprimible o limitado en uso y tiempo, permitir solo la lectura a través de internet, ofrecer el libro electrónico en cualquier formato, venta de capítulos en formato electrónico, ofrecer el libro con audio, generar resúmenes que ayuden a captar clientes… Tal vez, el que más tenga que cambiar sean las tiendas tradicionales que tendrán que repensar su estrategia y definir la nueva cadena de valor. Las librerías tradicionales ven el riesgo de exclusión en la expansión del mercado de los contenidos digitales y para no perder su posición tendrán que hacer hincapié en sus puntos fuertes en términos de conocimiento y retención de clientes, además tendrán que ofrecer una estrategia multicanal donde internet, catálogos y la librería se complemente entre sí. Hay establecimientos que hace tiempo iniciaron ese cambio, La Casa del Libro en España (http://www.casadellibro.com), el grupo francés FNAC (http://www.fnac.com) o la exitosa librería americana Barnes & Noble (http://www.barnesandnoble.com)