Se jugó el primer Superclásico del año y en la ciudad de Mar del Plata, Boca venció por 2-0 a River. Para el equipo conducido por Julio Cesar Falcioni anotaron Nicolás Colazo y Martín Palermo.
Ganó justificadamente Boca, al que no le hizo falta una gran producción futbolística para superar ampliamente a un River tibio y desdibujado, al que le funcionaron muy pocas piezas de su andamiaje.
Con ambos equipos aun estudiándose, Boca asestó el primer gran golpe a los 10 minutos. Activo a lo largo de toda la primera parte, Mouche recibió en la derecha y vio pasar a Chávez, quien llegó al fondo y envió el centro al área para Palermo. El goleador no se apresuró y con el balón enredado en sus pies, logró abrírsela a un Colazo que ajustició a Carrizo.
Capitalizó muy bien la ventaja Boca, haciéndose fuerte desde el orden –gran trabajo en conjunto de Somoza y Rivero en el eje central del campo- y luciendo mucho más solidario y predispuesto que River.
Visiblemente descompuesto e impreciso, el once de JJ López no halló respuestas en el mediocampo –flojísimos Ballón y Almeyda- ni encontró soluciones ofensivas ni en Lamela ni en Lanzini, faltos de espacios para maniobrar y asociarse con sus compañeros.
Las situaciones igualmente aparecieron y River pudo igualar pasados los 20 minutos, primero con un tiro libre ejecutado por Lanzini y luego con un disparo bajo de Ferrero a la salida de un corner. El seguro Javier García respondió con acierto en ambas.
Calvo probó de afuera a los 26 y unos cuantos minutos después, Boca alcanzó el segundo. Cerca de los 32, Clemente Rodríguez se encontró libre de marcas en tres cuartos de campo rival y metió el centro al área para Palermo, quien no desaprovechó la oportunidad y de cabeza venció la endeble resistencia de Carrizo.
River sumó aun mas imprecisiones y Boca, confiado y seguro, hizo gala de su solidez y supo muy bien como manejar el tramite del juego, pudiendo convertir el tercero cerca del final de la primera etapa a través de Mouche, asistido de cabeza por un Palermo de extraordinaria producción.
Iniciado el segundo tiempo, el dominio “xeneize” aumentó. Rivero y Colazo probaron suerte desde afuera e inmediatamente después, Palermo dispuso de una doble chance inmejorable para estirar diferencias en el marcador: un cabezazo a colocar primero, y un mano a mano clarísimo después, ambos resueltos impecablemente por Carrizo.
Seguramente desgastado por el enorme esfuerzo físico realizado, el equipo de Falcioni retrasó sus líneas después de dichas acciones, cediéndole la iniciativa y el balón a River.
Levantaron un poco Lanzini y Lamela y si bien el once de JJ López pudo alcanzar en reiteradas ocasiones el descuento –García respondió con maestría dos veces ante Lanzini, una frente a Lamela y otra ante Maidana-, la falta de ideas claras en los metros de la verdad siguió siendo el problema principal.
Nada cambió al final. Compacto y utilitario, Boca trabajó mucho mejor en lo colectivo y superó claramente a un River que ha perdido sus dos amistosos y deberá seguir trabajando pensando en el inicio del Clausura. El miércoles en Mendoza, la revancha.
Los goles del encuentro: