Rápido
$91.037,55
$700
$644,85
$55,15
$10.055,15
Paciente
$56.458,12
$700
$399,91
$300,09
$10.300,09
Notemos que el pago «extra» que está haciendo Paciente le permite colocar más dinero para pagar su deuda y, por lo tanto, está aumentando su activo (el valor del dinero que tiene en su propiedad, que en inglés se llama equity).b. Un pago anticipadoA los diez años, Pedro Paciente termina de pagar su casa. Esta es la situación económica de Rápido y Paciente al final de esos 120 meses:Nota que Ricardo Rápido, después de diez años de pagar 700 dólares por mes, todavía debe ¡80 mil dólares! Esa es la «trampa económica» del sistema de pagos de préstamos para compras mayores (como automóviles y casas) tanto en Estados Unidos como en varios países de nuestra Latinoamérica. No es ilegal. Simplemente es muy desventajoso para el consumidor.Mes
Nombre
Deuda
Pago
Interés
A la deuda
Activo
120
Rápido
$80.789,33
$700
$572,26
$127,74
$20.375,96
120
Paciente
$695,06
$700
$4,92
$695,06
$66.458,12
Nota que a pesar de que en la mensualidad de Rápido hay una mayor cantidad de dinero que va hacia el pago de su deuda, todavía (después de diez años) la cantidad de ese pago que ha sido asignado a pagar intereses es todavía de un tamaño respetable. ¿El resultado? Que Ricardo Rápido ha estado pagando primordialmente un «alquiler» por el dinero que pidió prestado para comprar su casa y, después de haber hecho pagos por 84 mil dólares, ¡todavía debe 80 mil de los 100 mil que pidió prestado en un comienzo!c. Una movida inteligenteAhora que Pedro Paciente pagó totalmente su casa, decide venderla y comprarse la casa de sus sueños exactamente al lado de la de Ricardo Rápido. Le cuesta lo mismo que le costó a los Rápidos diez años atrás: $101.037,55.
Casa de Ricardo RápidoCasa de Pedro Paciente
Paciente coloca todo el dinero obtenido por la venta de su primera casa ($66.458,12) como anticipo y toma el resto como una hipoteca a pagar a treinta años. Observemos, ahora, cuál es la posición financiera de los Rápidos y los Pacientes:Mes
Nombre
Deuda
Pago
Interés
A la deuda
Activo
121
Rápido $80.661,59 $700 $571,35 $128,65 $20.504,61 121
Paciente
$34.579,43
$700
$244,94
$455,06
$66.913,18
Debemos notar que, a pesar de que Pedro podría pagar una mensualidad menor, continúa haciendo el pago mensual de 700 dólares, lo que acelera aún más la velocidad con la que está pagando su deuda hipotecaria.d. Una meta logradaCinco años después, Pedro Paciente termina de pagar la deuda de su segunda casa. Aquí está el cuadro comparativo de la situación económica de Ricardo Rápido y Pedro Paciente después de 180 mensualidades pagadas (quince años):Mes
Nombre
Deuda
Pago
Interés
A la deuda
Activo
182
Rápido
$70.888,30
$700
$502,13
$197,87
$30.347,12
182
Paciente
$8,46
$8,52
$0,06
$8,46
$101.137,55
e. Una inversión sabiaUna vez que Pedro Paciente termina de pagar la casa de sus sueños, decide que, en vez de mudarse a una casa más grande o gastar el dinero que ahora le queda disponible, lo va a invertir conservadoramente al ocho por ciento de interés anual. Entonces, Pedro Paciente abre una cuenta de inversiones en la que deposita 700 dólares todos los meses con un rendimiento del ocho por ciento por año.f. Un resultado asombrosoLa pregunta, ahora, es ¿qué ocurre con Ricardo Rápido y Pedro Paciente después de treinta años? (Recordar que su hipoteca original era a 30 años de plazo). Pues bien: a los treinta años de pagar sus mensualidades hipotecarias religiosamente, Ricardo Rápido finalmente termina de pagar su casa. Hace una fiesta, invita a sus amigos y celebra que, por fin, es un hombre libre del yugo hipotecario y la casa es realmente suya. Tiene un capital acumulado de 101.037,55 (el valor de su propiedad).Por otro lado, con menos bombos y platillos, la inversión de Pedro Paciente en el banco alcanza la increíble suma de 239.227,24 dólares ¡en dinero efectivo!Además, por supuesto, Paciente tiene el capital de su casa lo que le lleva a tener un activo acumulado de más de ¡340 mil dólares!¿Cómo es posible? Pues la razón principal por el éxito económico de Pedro Paciente tiene que ver con la forma en la que planeó el pago de sus intereses hipotecarios. Por eso es que en mi historia dejé de lado ciertos factores importantes como la fluctuación de los precios de las casas y la inflación del país.La enseñanza principal de esta historia tiene que ver con la cantidad de intereses que pagaron cada uno de los protagonistas.Ricardo Rápido, con un carácter típico de nuestras tierras quiso tenerlo todo lo más rápido posible. Pero eso tiene un precio. Para él, fue de $117.257,92 en intereses hipotecarios.Pedro Paciente, por su lado, supo esperar y sufrir por 10 años en una casa más pequeña y en un barrio con menos «estatus» que el de Rápido, pero ese planeamiento económico a largo plazo trajo sus beneficios. Paciente solamente pagó $35.670,95 en intereses (casi un tercio de lo que pagó Rápido). Aún más: su dominio propio y su carácter maduro le ayudaron a invertir el dinero que muchos de nosotros gastaríamos en nuevos «proyectos» familiares.El principio a seguir, entonces, en la nueva economía de mercado es que, cuando hablamos del pago de intereses, el juego se llama «El que paga pierde».Una nota más que quizás es obvia: la acumulación de un capital de 340 mil dólares le tomó a Pedro Paciente treinta años de su vida. Eso quiere decir que, si comenzó a los treinta o treinta y cinco años de edad él ahora está a punto de jubilarse. No le queda el mismo tiempo de vida que le quedaba cuando comenzó sus planes financieros a largo plazo y, ciertamente, disfrutó diez años menos de la casa de sus sueños.Pero Pedro Paciente no está pensando solamente en sí mismo. Paciente está acumulando capital para la siguiente generación: para sus hijos y sus nietos. Él ha sacrificado parte de su satisfacción personal por el bienestar de las generaciones futuras. Este tipo de actitud está desapareciendo de nuestro continente en la medida en la que los medios de comunicación social nos condicionan a disfrutar del «aquí y ahora» sacrificando en el proceso el futuro personal y familiar.Esa era la actitud que demostraba el carácter de los inmigrantes europeos y asiáticos a nuestras tierras. Era la actitud de mi abuelo y de muchos otros eslavos, alemanes y asiáticos que regaron con su sangre y su sudor el noreste argentino para abrirle surcos a la selva de Misiones y del Chaco Paraguayo. Nos vendría muy bien al resto de nosotros el imitarles.