El privilegio de poder enfadarme con ellos

Hoy esta siendo un día complicado en casa:
-Hace calor y eso me pone de un mal humor horroroso y a ellos también.
-Estamos cansados por que anoche no pegamos ojo por culpa de las toses y virus varios.
-Termina el curso y el cansancio acumulado y los nervios por la graduación, el festival de primavera y -excursiones...van haciendo mella.
-Yo tengo mil cosas que preparar y hacer y muy pocas ganas de llevarlas a cabo....
Así que hoy, durante la hora de la siesta, que se prometía relajante y descansada bajo el ventilador de la habitación....ha salido a pasear con sus mejores galas el monstruo iracundo de mamá....el desencadenante ha sido la imposibilidad de que mis dos terremotos dejaran de pelearse y se tumbasen un ratito en silencio.
Un rato después, ya un poco mas calmada, justo antes de que sacase el cilicio y me dispusiera a flagelarme por dejarlo escapar (al monstruo iracundo me refiero), me he parado a reflexionar y he llegado a la conclusión, de que si bien me encantaría tener mas paciencia y ni un solo monstruo dentro de mi persona, tengo el privilegio de poder enfadarme con mis hijos, por que estoy con ellos y ellos conmigo, por que así aprenden a que mamá no es perfecta y ellos no necesitan tampoco serlo y que enfadarse forma parte de nuestro ser y nuestra persona.
Me viene a la cabeza cuando estaba en el hospital al nacer Leyre, separada de mis dos niños y le decía a mi marido que deseaba poder estar en casa gritandoles por haber roto o manchado algo por que eso significaría que ya estábamos juntos, sanos y con la energía suficiente como para ellos liarla y yo lidiarla..
Ahora solo me queda limar las formas, pero ya se me va dando mejor y a pesar de no poder evitar las miradas fulminantes, mido el tono y las palabras y hasta logro razonar y razonarles el por que de dicho enfado.
Tenéis vosotras monstruo interior?
Como lidiáis vosotras con el?
Myriam Cabanillas