General Motors Corporation realizaba pruebas de neumáticos con un particular tráiler arrastrado por una camioneta, o camión liviano, probablemente un Chevrolet C-30. Ese tráiler tenía la capacidad de transportar agua en su interior para probar los neumáticos en pavimento húmedo.
También lo podía realizar sobre una superficie seca y con las ambas ruedas frenadas. Los testers desde la cabina de la camioneta podían frenar las ruedas o tirar agua. Las frenadas podían ser suaves o bruscas como en una o en las dos ruedas en simultáneo. La idea era probar el coeficiente de fricción de los neumáticos sobre el camino.
En la fotografía, que fue tomada de la revista Parabrisas número 81 de septiembre de 1967, el tráiler llevaba la rueda derecha frenada en una pendiente de con una inclinación del orden del 7%. La camioneta podía arrastrar el tráiler con las dos ruedas frenadas a más de 160 kilómetros por hora.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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