Revista Opinión

El problema de la delincuencia negra en EEUU (y otros asuntos)

Publicado el 20 diciembre 2022 por Liberal

Señores: Hace poco más de un mes que no escribo nada, y como siempre, se debe a mis variadas, y siempre interesantes aventuras en el estado de Thomas Jefferson. Antes que nada, prefiero contestar aquí (ya que estamos), a unos comentarios en el hilo anterior.

Joaquín: Claro que no me imagino a ningún sudista blanco de los de verdad apoyando a ese candidato. Por otro lado, mis discrepancia con Trump van mucho más allá de su forma de hablar, que también es muy chabacana y «New Yorker» de barrio. Más bien, como persona que se centra en la libertad y la soberanía, no acepto el criterio de Trump sobre casi nada. Cuanto más leo la Constitución, más problemático lo veo (y ojo, eso no exime de ninguna manera a la mafia criminal del Partido Demócrata, que es para darles de comer aparte).

Sobre la cuestión migratoria, sí, pero también hubo presidentes como Grover Cleveland que tomaron una postura muy contraria. Ojo, y también aunque parezca mentira, Biden ha expulsado a MÁS inmigrantes y refugiados que el propio Trump. La diferencia está en las «formas», pero no en la esencia. Otro problema que seguro usted conoce: yo como constitucionalista, NO ACEPTO que el gobierno federal tenga jurisdicción alguna sobre la inmigración, más allá de cuestiones como el tema de la «citizenship» en EEUU, que sí está otorgado como poder al gobierno federal.

No deja de asombrarme como tantos «conservadores» (en nombre, solamente) se pasan por el forro de los cojones la Constitución cuando les conviene, al igual que hace la pseudoprogresía barata. ¿A qué me refiero? A la cuestión MIGRATORIA, nada más y nada menos. Veamos: la Constitución federal JAMÁS, repito, JAMÁS le dio autoridad ni jurisdicción al gobierno FEDERAL sobre la inmigración. ¿No me lo crees? Cito del propio Jefferson y Madison: «el poder sobre inmigración/extranjería» EN NINGUNA PARTE está delegado al gobierno federal». Énfasis mío en lo de «EN NINGUNA PARTE». NINGUNA enmienda tampoco ha dado ese poder al gobierno federal desde que se argumentó eso en 1798…y encima el gobierno federal lo hace por encima del consentimiento de nosotros, los gobernados.

Lo único que gobierna el estado federal es la cuestión de NACIONALIDAD, es decir, quién es «americano» y quién no lo es. NADA MÁS. El gobierno federal, por ejemplo, NO tiene derecho a decirnos en Virginia si admitimos inmigrantes o no, o si le damos carnets de conducir, o derechos a portar armas. Por ejemplo, en nuestro estado, los inmigrantes ilegales NO pueden tener armas, pues el derecho a portar armas es solamente para el pueblo americano.

Por otra parte, los inmigrantes, aunque sean «ilegales», si son amigos y aliados de Virginia, deben tener la PROTECCIÓN de nuestro estado contra la tiranía del gobierno federal en Washington D.C. Cito a Jefferson de nuevo: «los amigos extranjeros están bajo la protección y jurisdicción de las leyes del estado donde RESIDAN, y NINGÚN poder sobre ellos ha sido delegado a los Estados Unidos, ni prohibido a los estados individuales, que sea diferente a su poder sobre un ciudadano americano».

En resumen: yo me asocio con quien me de la gana, sea «ilegal» o no, y tengo derecho a contratar a inmigrantes ilegales porque Washington D.C. no tiene NINGUNA autoridad sobre el mercado laboral de los estados. A mí me resbala lo que digan las leyes federales inconstitucionales. La soberanía reside en cada estado, no en el estado federal ni burócratas no elegidos. Le pongo un ejemplo, Joaquín: debido a que el gobierno federal quiere meter las pezuñas en una cuestión que NO les corresponde, a mí antes me obligarían a contratar a un alienígena terrorista protegido de los «feds» y no, por ejemplo, a un europeo honrado. De la misma manera, los estados deben tener el derecho de NO ADMITIR a inmigrantes indeseables, delincuentes, pedófilos, terroristas, asesinos, etc. Por eso precisamente los vuelos de Biden son ILEGALES porque los hace sin el consentimiento de los estados. ¿Solución? Pues meterlos en autobuses y que partan hacia Washington D.C. y Nueva York. Y sí, en Virginia el gran lastre es NOVA. Se ha convertido en un problema que muchos se enfadan cuando les pregunto si son de NOVA. Me dicen «what the f is NOVA??» les contesto: Northern VENEZUELA. Se enfadan muchísimo, pero yo les bajo los humos rápidamente.

Tema Acción de gracia: Los puritanos saben que la Biblia exige darle gracias a Dios, pero no especifica un día concreto, así que te lo deja a la libertad de conciencia. Así obraron los puritanos en esa cuestión.

El otro día tuve ocasión de visitar el gran «Monticello» de Jefferson. Como todos mis lectores habituales saben, yo no he sido muy amigo de Jefferson precisamente, optando más por la filosofía de Hamilton, pero debo decir que tras aprender muchísimo más sobre Jefferson estando en su tierra, creo que parte de mis críticas han sido injustas. Jefferson temió, y ahora vemos por qué, el poder federal. Pronosticó el problema que tenemos actualmente: un poder federal exacerbado se metería contra la soberanía de los estados individuales. Esto lo vemos en legislación perversa sobre matrimonio, por ejemplo, a la tenencia de armas. Por ejemplo, yo me opongo a los «federal background checks» que tanto adora la progresía barata para quitarnos el derecho a las armas. Dicho sea de paso, aquí en Virginia, de momento, es un paraíso para la libertad de armas. Me he aprovechado a comprar todas las que pueda, por si acaso algún día las tendré que usar. En otro momento ya os escribiré sobre Monticello con detalle.

Por último, os comento que me he apuntado a un grupo en Virginia que desea abolir la Decimoséptima Enmienda de la Constitución federal. La Decimoséptima Enmienda es la que permite la elección DIRECTA, con sufragio universal, de los senadores federales. Nosotros pensamos que esto atenta contra los ideales originales de la República, y deseamos volver al sistema antiguo: las CÁMARAS LEGISLATIVAS DE CADA ESTADO son las que deben elegir a los senadores. La elección popular directa de Senadores ha sido desastrosa y con graves consecuencias para la libertad. Como decía el propio Jefferson: un país que tenga muchas grandes ciudades con poblaciones concentradas en ellas es un país con una población envilecida. De hecho, precisamente porque EEUU se ha ido «urbanizando» en los últimos 40 años, se está convirtiendo en un país cada vez más como los países europeos. Y NO, NO ES UN CUMPLIDO. Europa, en el siglo XXI, no es un ejemplo de nada positivo en el mundo. De hecho, sus poblciones son incluso más degeneradas que la estadounidense. Por ejemplo, en ningún país europeo existen los movimientos milicianos por la libertad que existen aquí, ni por supuesto los grupos nobles de los que tengo el honor de ser miembro tales como asociaciones capitalistas, protestantes bíblicos, y defensores de tener armas en casa y en tu propiedad personal en general. En España, sin ir más lejos, yo sería detenido por la Policía Nacional. Me acusarían, entre otras cosas, de «no tener carnét de identidad», de «tenencia de armas», y de «discurso del odio». Pero por suerte, gracias a Dios, Virginia no es España. Hoy voy a comentar sobre la delincuencia negra. Atención.

Empezaré por decir algo que cualquier persona honesta tendrá que aprobar: si EEUU no tuviera una población negra y, en segundo lugar, seguida por sudamericanos y mexicanos mestizos, tendríamos un nivel de violencia equiparable a los países nórdicos de Europa. La gran mayoría de la delincuencia violenta en EEUU es cometida por NO BLANCOS, principalmente negros (llamados «afroamericanos» por la progresía imperante) seguidos de «latinos» analfabetos de América del Sur y México. En todo esto hay muchos matices, ojo. Por ejemplo, los «hispanos» de raza blanca en NADA se distinguen de los blancos anglosajones en comportamiento, más allá de comer algo diferente y quizá que tengan más ejemplares de pelo moreno o castaño. Yo soy un ejemplo: si no digo que mis orígenes son españoles, suponen que soy «blanco» sin más. Os cuento una anécdota graciosa: el otro día un señor mayor blanco y yo hablábamos sobre la inmigración y yo le dije que los descendientes de europeos no suelen hablar el idioma de sus orígenes. Me contestó: «sí, es que los blancos, que somos de origen europeo, nos parecemos entre nosotros físicamente sobre todo. Usted y yo, aunque yo sea de origen británico y usted de España, tenemos unos rasgos parecidos y nos «diluimos» entre lo blanco. Pero un chico que tenga padres mestizos latinos o negros se le nota enseguida y no pueden asimilarse del todo en el proyecto estadounidense porque no fue diseñado para ellos». Exacto. Por mucho que la pseudoizquierda intente borrar la realidad, lo cierto es que a un no blanco se LE NOTA ENSEGUIDA. Algún listillo me dirá «bueno y qué pasa sin son mixtos…porque hay gente que parece blanca pero tienen una madre o padre no blanco». A ver, estúpido: en esos casos, por definición, están MEZCLADOS así que obviamente hay de todo. Qué «curioso» que los niños mixtos suelen querer optar por su identidad blanca, ¿Verdad? Lo cierto es que las razas mixtas viven constantemente en un conflicto de identidad.

Volviendo al tema, la delincuencia, como la inflación, ha estado en aumento desde la muerte del delincuente drogadicto negro George Floyd, porque es cuando el sistema corrupto básicamente le dijo a los policías «no detengas a un negro, aunque sea delincuente». «Racista racista», Alfred. ¿Es el FBI también racista? Los propios datos del FBI, una organización muy corrupta y antiblanca, por cierto, apunta a lo mismo. Aquí tienes los datos del FBI. Como podrás ver, en los demás grupos raciales, la delincuencia baja, pero son los NEGROS, especialmente varones jóvenes, los principales responsables del aumento de la delincuencia en EEUU. Claro, si esto lo dices en público, la mafia criminal demócrata te mandará turbas a tu casa, pero pobrecitos, si llegan a mi plantación, se van a topar con problemitas que no sabrían ni cómo resolver: hay una cuesta tremenda para subir a mi plantación, no hay señales de móvil, y está vallada con cerca eléctrica. Tampoco hay ni «coffee shops» ni tiendas de ningún tipo cerca, así que tendrían que desplazarse en coche y muchos no tienen ni eso. Si alguno trepara (cosa casi imposible debido a la altura de las vallas de hierro), utilizaría la «castle doctrine» de Virginia y ordenaría a mis «groundskeepers» dispararles hasta que queden tan agujereados como un queso suizo.

Según los DATOS FEDERALES, la delincuencia violenta ha subido casi un 50% durante los últimos 10 años. Especialmente alarmante son los casos de homicidio, que han se han triplicado desde el 2010. Esto, por supuesto, coincide con las famosas «reformas de la justicia», que en realidad significa «no ejecutar» las leyes para que las cárceles no demuestren que la mayoría de los delincuentes son negros. No pocos estados han reformado sus códigos policiales para darle carta blanca, casi impunidad, a los delincuentes negros. Y no solo eso, sino que si tú eres blanco y tan solo te atreves a preguntarle a un negro qué hace en tu barrio, aún cuando el negro tenga antecedentes penales, el FBI te imputará un delito de «violar derechos civiles». Esto es muy grave, pero es la propia población blanca la culpable por permitirlo. Los datos del FBI son terribles, pero es que la cosa está peor. Y es que, el FBI pide a los departamentos policiales LOCALES a VOLUNTARIAMENTE aportar esta información. En el 2020, casi 3,000 agencias policiales en EEUU optaron por NO compartir esta información. Otras fuentes, nada sospechosas de ser «racistas», como el NPR, apunta al número brutal de asesinatos. Toda la delincuencia, en prácticamente todos los indicadores, ha aumentado. El número de policías asesinados también ha aumentado. En el 2021, 73 policías fueron asesinados.

Aunque el sistema de datos aportados no está completo, nos proporciona información útil sobre quién sufre y quién comete delitos porque rastrea datos demográficos sobre ambos grupos de personas. Utilizando los datos sobre delitos del FBI para comparar las estadísticas de víctimas, se puede determinar qué grupos se han visto más afectados por el aumento de los delitos violentos. Descontando los casos en los que se desconocía la raza de la víctima, es posible calcular quién se ha llevado la peor parte de la ola delictiva. Para este análisis, los delitos violentos incluyen agresiones, homicidios y delitos sexuales. Como era de esperar y llevo diciendo desde hace décadas, el aumento de estos delitos ha recaído más en las personas de raza negra. De 2011 a 2020, el porcentaje de víctimas de delitos violentos que eran negros aumentó un 3,2 % para alcanzar un máximo de 32,7 % en 2020. Por el contrario, el porcentaje de víctimas totales que eran blancos disminuyó constantemente del 69,1 % al 64,7 % durante el mismo período. Para los americanos de orígen indígena y los asiáticos, los cambios fueron menores. Para los primeros, el porcentaje aumentó un 0,3% para componer el 1,1% del total de víctimas. Este último experimentó un aumento del 0,4% para componer el 1,2% de las víctimas en 2018, que se mantuvo constante hasta 2020.

Cuando observamos específicamente el homicidio, vemos tendencias similares. El porcentaje del total de víctimas que eran negras aumentó del 2,9 % al 54,4 % en 2020. Para las víctimas blancas, el porcentaje cayó del 3,5 % al 43,3 % durante el mismo período. Una vez más, con los americanos de orígen indígena (mal llamados «native americans» en el censo) y los asiáticos, los cambios fueron mucho menores. Para los primeros, el porcentaje aumentó de 0,4% a 1,1%. Para los asiáticos, la tasa aumentó un 0,4 % hasta un máximo del 1,4 % en 2018, y luego cayó un 0,4 % hasta la tasa de 2011 del 1 % en 2020.

Los cambios más significativos, por lo tanto, fueron que las personas negras representan una proporción cada vez mayor de las víctimas de delitos violentos y las personas blancas una proporción menor. Es cierto que estamos hablando de porcentajes relativamente pequeños (menos del 5%), pero cuando consideras que la cantidad de delitos violentos se ha más que duplicado, te das cuenta de que estos aumentos son significativos. El verdadero tamaño del problema se hace más evidente cuando consideramos que los negros constituyen solo el 14,2 % de la población total (incluidas las poblaciones multirraciales que se identifican como negras “en combinación” con otra raza), pero el 32,7 % de todas las víctimas de delitos violentos y 54,4% de las víctimas de homicidio. Así, estos pequeños porcentajes representan un enorme problema que, para los negros, se agrava, tanto en términos relativos como absolutos.

Con la retórica antiblanca y supremacista negra en su punto álgido, lamentando la falsa omnipresencia de la supuesta supremacía blanca, algunos podrían verse tentados a concluir que la disminución relativa de víctimas blancas y el aumento relativo de víctimas negras es atribuible a un aumento en el odio racial. Esa hipótesis sugeriría que el número relativo de delincuentes blancos está aumentando y el número relativo de delincuentes negros se mantiene constante o disminuye. De hecho, la realidad, es decir, la verdad, es totalmente diferente a lo que nos dicen. Una vez más, después de descartar los casos en los que se desconocía la raza del delincuente, la proporción relativa de delincuentes por grupos raciales siguió una tendencia similar a la proporción de víctimas. De 2011 a 2020, el porcentaje del total de delincuentes violentos que eran blancos cayó del 3,4 % al 58 %. Con respecto al homicidio específicamente, el porcentaje cayó un 0,8% hasta el 43,1%. Por el contrario, durante el mismo período, el porcentaje del total de delincuentes violentos que eran negros aumentó del 2,4 % al 39,4 %. Y con respecto al homicidio, el porcentaje subió de 0,3% a 54,7%.

Una vez más, estos son pequeños cambios porcentuales, pero teniendo en cuenta el aumento de la delincuencia y el hecho de que los negros constituyen un porcentaje relativamente pequeño de la población total, las implicaciones son enormes.

¿Por qué está pasando esto?

Es posible que la retórica racista antiblanca de moda esté jugando un papel en lo que estamos viendo. Se necesitan estudios nacionales para establecer una conexión clara, pero hay estudios fuera de EEUU apuntando que la retórica racial puede conducir a la violencia racial. Si la retórica racial está, de hecho, jugando un papel, es posible que lo que estamos viendo hoy lo hayamos visto antes. El aumento de delincuentes negros y víctimas negras recuerda las consecuencias de los movimientos «Black Power» de la década de los 60. El famoso historiador C. Vann Woodward, DE IZQUIERDAS, comenta muy claramente sobre ello en su excelente libro “The Strange Career of Jim Crow”. Woodward observó que los radicales comenzaron a rechazar el enfoque de “los viejos movimientos de derechos civiles”, que pedían paz, igualdad e integración. Los radicales favorecían el “separatismo racial” y el “nacionalismo negro”, que dieron paso a “estallidos de violencia, desorden y frustración de los negros”. La ironía de esta violencia, sin embargo, fue que ocurrió principalmente en barrios negros, y “las principales víctimas” eran negros de clase trabajadora.

La palabrería racial de moda hoy comparte rasgos similares. Al igual que el movimiento «Black Power», se centra más en denunciar y reprender al supuesto espectro omnipresente del «racismo blanco» o los «supremacistas blancos» fantasmas que en la paz, la igualdad o la integración ordenada. Al igual que con los disturbios de la década de los 60, los disturbios contra la policía en el 2020 causaron un daño significativo a los barrios negros y las empresas propiedad de negros. Además, en las redes sociales asociados con estos movimientos, la incitación a la violencia es habitual. Obviamente, se necesita más investigación antes de que podamos concluir con certeza que la retórica antiblanca actual es un factor causal en el presente aumento de víctimas y delincuentes negros. Aún así, los paralelos históricos son indiscutibles.

Independientemente de que sea causado por la retórica racial, el Efecto Minneapolis, fiscales corruptos financiados por banqueros o alguna combinación de estas cosas, el aumento en la delincuencia está perjudicando a mucha gente, y las comunidades negras son las que más sufren. Eso, por supuesto, sin contar que la mayoría de víctimas blancas de la delincuencia son víctimas de un agresor negro, como pasó recientemente en Atlanta, donde una pobre señora mayor, madre y abuela, fue brutalmente acuchillada en su garaje por un joven que le quería robar el coche. Ese es el pan diario en ciudades gobernadas por el partido demócrata. Cuesta mucho sentir pena, no obstante, porque esa gente vota a políticos que protegen a los delincuentes, especialmente si son negros. Atlanta es un estercolero, como casi todas las grandes ciudades de EEUU. Jefferson ya lo había pronosticado.


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