Revista Comunicación

El problema de los halagos desproporcionados: El caso de Stranger Things

Publicado el 04 agosto 2016 por Dro @Drolope
'Strangers Things', la serie del verano
Hay pocos seres humanos en el planeta que a estas alturas no hayan oído hablar de Stranger Things, la serie de Netflix que tantísimo entusiasmo está generando en las redes sociales, y a la que ya se ha calificado como "la serie del verano". Y no hay duda de que lo es. Lo nuevo de los hermanos Duffer ha sido un cóctel explosivo de estética ochentera, misterio, ciencia-ficción, mal rollito y unos personajes entrañables que han maravillado a la crítica de manera casi unánime. Yo mismo he disfrutado mucho la serie. ¿Cuál es el problema, entonces? Que me da la impresión de que esto de endiosar a Stranger Things... se nos está yendo un poco de las manos.
Estamos viviendo unos años en los que exprimir el factor nostalgia -no puede negarse-, está siendo bastante lucrativo, tanto en el mundo de los videojuegos y la tecnología (hola, Pokémon Go), como en el de las series: haces unos meses tuvimos el resurgir de la mítica The X Files, sobre el que ya os hablamos, y pronto será el turno de Gilmore Girls. Y lo cierto es que los hermanos Duffer han sido muy inteligentes al aprovechar el momento y subirse también al carro de la nostalgia. 
No digo que Stranger Things haya sido un éxito solamente por mero oportunismo: su elenco es espectacular (Winona Ryder, David Harbour, y la pequeña Millie Bobby Brown han hecho un gran trabajo), las referencias fueron muy agudas -os recomiendo esta fantástica recopilación de ellas en 'Yonomeaburro'-, y las tramas emocionantes, con el punto justo de oscuridad y ternura. Stranger Things es, en definitiva, una buena serie. Pero, ¿es tan maravillosa como la pintan algunos críticos? ¿Habría hecho la mitad de ruido de no ser por ese "factor nostalgia"?
'Strangers Things', la serie del verano
Los halagos desproporcionados son muy beneficiosos para el producto en cuestión, desde luego, pero no tanto para los propios espectadores. Conozco a más de una persona, y a más de dos, que han comenzado Stranger Things tras leer todas estas críticas tan entusiastas sobre ella, y luego se han quedado algo decepcionados. Porque un halago desproporcionado lleva a que nos creemos expectactivas imposibles (exceso de hype) sobre el producto en cuestión. Y es más: esta "burbuja" de entusiasmo excesivo que se ha creado en torno a Stranger Things tampoco es buena para su propio análisis, porque no da pie a que se realicen críticas más exhaustivas sobre ella que señalen sus puntos más flojos o mejorables. Todo parece reducirse a "qué buena es, qué nostalgia, qué todo". Y no debería ser así. 
¡Pero tampoco quiero sonar como un aguafiestas! La serie, como digo, me ha parecido adictiva, entrañable y con mucho corazón; lo cual no excluye que llegue un punto en que a uno le empieza a quemar leer críticas tan desproporcionadas hacia ella cada día simplemente porque ha tocado la "fibra sensible" a mucha gente que añora los 80' y su propia infancia. Porque Stranger Things es muy buena, sí... pero seamos honestos: no es ninguna maravilla.

Isidro López (@Drolope)


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