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El Prodigio

Publicado el 15 febrero 2023 por Hugonote @Casagrande_Jose
El Prodigio

- ¿Me vas a contar que fue lo que ocurrió en la última reunión de la Sociedad Royaumont?

- Es obvio que por eso te he llamado.

- ¿Qué hacías allí? Para mí todos esos chicos son unos pedantes y presumidos. ¿Cómo hiciste para que te invitaran?, si bien eres bastante nerdo, no tienes el nivel que de ellos se espera.

- Un momento Úrsula querida, ese último comentario está de más, si sigues así no te contaré nada.

- Lo siento, no quería lastimarte, por favor prosigue

- Muy bien, ¿recuerdas que estaba sacándome notas muy malas para la clase de física? Me iba bastante mal, no por falta de talento, sino porque el profesor me ha agarrado mala voluntad. Mi única oportunidad de pasar el curso era el de aprobar con la mayor nota posible al presentar un proyecto en la exposición escolar de fin de año

- ¿Y qué decidiste hacer? ¿Acaso un telégrafo o por suerte un alambique?

- Una bomba atómica portátil de 1 megatón.

- ¿Una bomba atómica?, pensé que habías dicho un "proyecto escolar", no un dispositivo pentadimensional

- Por eso fue que busque a los presumidos de Royaumont, uno de ellos me dijo que me podían ayudar con el módulo de fisión

- Madre mía muchacho, te has vuelto loco, la cosa es mucho más grave de lo que yo pensaba. Entonces llevaste el cacharro atómico a la casa en donde se reúnen los de Royaumont

- Estaba mostrándoles el aparato y explicándoles como funcionaba cuando entraron al salón en donde estábamos reunidos dos personas que daban bastante miedo: Una mujer vestida de bailarina de Ballet y un Ventrílocuo.

Sé que era un ventrílocuo, porque cuando hablaba movía muy poquito los labios y su voz se proyectaba en la bailarina, cosa que parecía disfrutar ella como si estuviera teniendo un orgasmo.

"Quietos todos aquí, este aparato es nuestro, vamos a proceder a decomisarlo" - dijo de modo amenazante la bailarina usando la voz que salía por su boca, mientras ella apuntaba hacia nosotros con una pistola muy rara y se movía con gracia y velocidad hacia la bomba.

Cuando ya estaba por agarrar mi proyecto, otras personas también irrumpieron en ese salón, una mujer pelinegra, alta y de rostro y ademanes fuertes, seguida de un hombre vestido de negro y varios agentes uniformados de la policía.

La pelinegra dijo:

-¡Alto, que nadie se mueva! Esto es un asunto de Seguridad nacional. Soy la Inspectora Mirna Braga. Este dispositivo y sus vidas son propiedad de la Corona. Mi joven ayudante, el oficial Carbonell y demás miembros del equipo policial comenzarán a hacer la diligencia de confiscación del aparato y de todo lo relacionado con ello. Ustedes, villanos, quedan arrestados, seran condenados y ejecutados en nombre del Rey de Aragca.

- Braga, no sea ilusa - respondió la voz que salía de la bailarina, mientras a su vez atrapó por el cuello a Luisito y le puso la pistola en la sien izquierda - si intentan atraparnos le vuelo la tapa de los sesos a este chiquillo - dijo en tono amenazante aquella voz de malicia pura.

Y como vio que Braga no se iba a detener, la bailarina le dio tremenda patada en la espalda a Luisito y al mismo tiempo le disparo directo a la cabeza, y todo el lugar quedo salpicado de sangre, sesos y fragmentos de huesos, porque según escuche decir a uno de los policías, le habían disparado con una bala de aire comprimido, las mismas que se usan para matar tiburones.

Todo ocurrió en menos de fracciones de segundo, Braga cuando recibió el cuerpo de Luisito ya no había nada que hacer, estaba bañada en sangre. La bailarina y el ventrílocuo aprovecharon la confusión para salir saltando por las ventanas del salón, que está situado a unos 4 o 5 metros del suelo, eran bastante ágiles, como acróbatas circenses. La Inspectora se asomó a la ventana y se quedó mirando como el par de delincuentes huía de la escena.

- ¿No piensa perseguirlos? - le pregunté casi chillando y con rabia.

- No es conveniente muchacho - me respondió ella - si nos pusiéramos en persecución de ellos, otros miembros del "Clan de Clones" vendrían aquí y se llevarían el aparato. Esas personas ya saben de la existencia de la bomba y no se van a detener hasta obtenerla.

- ¿El clan de clones? ¿Es esta la asociación criminal liderada por Georgina? ¿La conoce usted? - y solo allí me di cuenta de que la Inspectora se había quedado pensando como si estuviera recordando una memoria ya perdida. Ella no contesto a ninguna de mis cuestiones, simplemente se limitó a dirigirse a su equipo y a dictar órdenes:

"Oficial Carbonell, incaute el aparato y llévenlo en una unidad blindada. Rojas y Téllez procedan a hacer el levantamiento del cadáver del muchacho que murió asesinado en nuestras narices. Fernández y Gómez vean si pueden alcanzar al par de pillos que van en fuga"

Y luego se dirigió a mí con cara furiosa y dijo:

- ¿Dónde están los planos de la bomba?

Con algo de miedo le señalé una carpeta en donde estaban mis diseños

- Carbonell, asegúrese de llevar también la carpeta que está sobre la mesa

Braga, Volvió a interrogarme

- ¿Existen otras copias de los planos?

Le dije que no había nada más, que el diseño de la máquina estaba totalmente en mi cabeza, fue cuando ella volvió a gritar: "Carbonell, este muchacho viene con nosotros, necesito que los expertos del comité Nuclear lo interroguen. "

Quede congelado, no sabía qué hacer. Al verme en ese estado, el tal Carbonell, que estaba atareado cumpliendo todas las órdenes de su superiora, se dirigió a mí y me dijo en forma amistosa, pero con sonrisa de lobo:

"No te preocupes. Solo necesitamos abrirte la cabeza, muchacho, para ver que tiene por dentro"

Me puse pálido y creo que casi me orine del susto al escuchar eso.

- ¿Y qué paso entonces? - interrumpió de repente Úrsula - ¿Te abrieron la cabeza?

- No, claro que no, Carbonell, al verme palidecer, me dijo que no me preocupara, que yo era alguien de muchos talentos, alguien inusual. Me dijo que en unos días vendrán agentes del gobierno, me van a llevar a una instalación secreta en donde trabajaré para la Elite.

- Pues tienes mucha suerte y eres afortunado, vas a estar bien cuidado. Serás parte de la red de espías al servicio del Rey. Me alegro por ti y por tus talentos. ¿Quien iba a pensar que el tonto que es blanco de todos los abusadores del colegio terminaría siendo el artífice de la tercera guerra mundial?- acoto Úrsula con aire irónico y algo apesadumbrado.

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