Revista Religión

El Profesor

Por Frabreum @FRABREUM

El Profesor
RDP -Duranteun año tuve una estudiante que se comportaba de forma inadecuada.Estahistoria empieza el primer día de trabajo.
Cuandoingresé al quinto curso de secundaria a dar mi primera clase, me topé con ungrupo de estudiantes con un espíritu rebelde y de indiferencia.
No fuedifícil identificar a la líder, que a propósito era una señorita muyinteligente.
Cada vezque entraba a la aula de clases esta señorita de nombre Sandra, empezaba ainquietar al resto de alumnos, se ponía de pies sin pedir permiso, en pocaspalabras hacía lo que le daba la gana.
Mi posiciónfrente a ella era la de ponerle en su sitio y disciplinarla. Pero esto nocalmaba para nada a esta señorita.
Un día yacansado de reprenderle me hice una pregunta ¿Cómo puedo cambiar la actitudnegativa de Sandra?
Gracias aDios se me ocurrió una idea genial, pedí a todos los alumnos que fueran a labiblioteca, que yo les llamaría uno por uno para conversar con ellos.
Mientrasiba conversando con cada uno de mis estudiantes me di cuenta que Sandrainfluenciaba en todos muy sutilmente.
Llegó elmomento de conversar cara a cara sin ningún testigo con esta estudiante.
Se sentófrente a mí, me miró a los ojos como desafiándome y esperando que le rete, perose topó con la sorpresa que su profesor le pedía disculpas por tratarle enforma enérgica y a veces tosca.
Luego ledije que ella era una mujer muy inteligente y que ella sería un gran líder, queDios la había escogido para influir en muchas personas, pero que necesitaba irtallando su carácter y que debía cambiar de actitud si quería llegar a ser muyimportante.
Cuando depronto su rostro altivo se transformó y empezó a llorar y dijo discúlpeme porcomportarme tan mal con usted, he tenido problemas en todos los colegios en quehe estado por mi forma de ser, este es uno más de ellos.
Mientrasella lloraba mi corazón se quebrantó y empecé a llorar con ella.
Fueron unaslágrimas hermosas porque desde ese día en el aula todo empezó a cambiar porqueella y yo nos comunicamos y nos perdonamos.
Cuandobajamos de nuestro pedestal y nos volvemos humildes, además de recordar quecada persona tiene emociones y sentimientos que sufren, lloran, ríen, que sonsensibles, pueden ocurrir milagros.
Es hora decomunicarnos deponiendo actitudes y dando lugar al perdón.
Juan 13:3“En estoconocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con losotros”Proverbios15:1La blandarespuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.

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