Si cumple su programa, el PP puede salvar a España, pero sólo de su economía maltrecha. La podredumbre antidemocrática ni siquiera la ve el PP, que no tiene intención alguna de regenerar un país cuya corrupción ha empezado en las instituciones del Estado y ha anidado en los despachos del poder, contaminando posteriormente a buena parte de la sociedad. Para el PP, la regeneración significa "centrar la política en las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos". Nada de encarcelar a los ladrones, ni de perseguir la corrupción, ni de cambiar las leyes para acabar con la impunidad de los poderosos, nada de suprimir privilegios, nada que refresque o redima esta democracia de vertedero.
Sin embargo, es un buen programa económico, aunque lo haya redactado un partido escasamente democrático. Incluye medidas tan urgentes como el adelgazamiento del Estado, la privatización de las ruinosas televisiones locales y autonómicas, utilizadas por los políticos para reforzar su capacidad de mentir y engañar, la supresión del canon digital y una serie de reformas fiscales y laborales destinadas a crear empleo y riqueza.
Cuando se analiza la Historia, es lógico tener dudas sobre la verdadera voluntad de cumplirlo que tiene el partido de Rajoy. Sus traiciones en el pasado a las promesas electorales son sonadas y dolorosas. Aznar prometio la regeneración y en realidad reforzó los cimientos de la partitocracia, alejando más a España de la democraccia. En las comunidades donde ha gobernado, el despilfarro, el endeudamiento y la corrupción no han sido ejemplares. Sin embargo, el programa que han presentado es bueno. Las medidas son acertadas y demuestran que el PP ´represernta una cierta oportunidad de salvación para este país, que está destrozado por los errores y tropelías de Zapatero y los socialistas.
El PP colgó por fin su programa electoral en Internet, el 1 de noviembre, día de todos los santos, quizás como homenaje al sufrimiento infinito que han padecido los españoles en manos de Zapatero, Rubalcaba y otros ministros del que quizás sea peor gobierno español en dos siglos.
El programa está plagado de buenas propuestas y razonables promesas, entre las que destacan muchas referidas a la austeridad, como la privatizacion de las ruinosas televisiones locales y autonómicas, utilizadas por el PSOE como parte descarada de su sistema de propaganda. Promete, también adelgazar el Estado, convertido en monstruoso por el PSOE, y suprimir el odioso e injusto canon digital, aprobado por el PSOE quien sabe si para enriquecer a sus amigos y socios de la SGAE.
Bajo el título "Más sociedad, mejor gobierno", el programa electoral del PP 2011 revela que la mayor obsesión visible en las 407 propuestas del PP es la lucha contra el desempleo y la creación de puestos de trabajo, para lo cual se volcará en ayudar a las pequeñas y medianas empresas y a los emprendedores, de los que depende en gran medida el renacer de la economía.