Revista Cultura y Ocio
De este examen imparcial aunque imperfecto del progreso del cristianismo, puede parecer probable que el número de sus prosélitos haya sido excesivamente aumentado por el miedo por un lado, y por la devoción por el otro. De acuerdo con el testimonio irreprochable de Orígenes, 183 la proporción de fieles era muy insignificante, en comparación con la multitud de un mundo incrédulo; pero, como nos quedamos sin información distinta, es imposible determinar, y es difícil incluso conjeturar, los números reales de los cristianos primitivos. El cálculo más favorable, sin embargo, que puede deducirse de los ejemplos de Antioquía y de Roma, no nos permitirá imaginar eso más que a sí mismos bajo la bandera de la cruz antes de la importante conversión de Constantino. Pero sus hábitos de fe, de celo y de unión parecían multiplicar sus números; y las mismas causas que contribuyeron a su aumento futuro, sirvieron para hacer que su fuerza real sea más evidente y más formidable.LEER MÁS »