En la costa sur de Menorca se encuentra uno de los rincones con más encanto de la isla, el pueblo de pescadores de Binibeca Vell. Este pequeño poblado de casitas blancas encaladas y de estrechos callejones empedrados que conforman un auténtico laberinto recrea un típico pueblo de pescadores del Mediterráneo.
En contra de lo que pueda parecer este poblado es relativamente moderno. Su construcción data de principios de los años 70. Fue construido con el objetivo de crear una urbanización que recrease el típico pueblo de pescadores de Menorca con sus típicas construcciones menorquinas.
Hoy se ha convertido en un auténtico atractivo turístico que atrae tanto a locales como a numerosos turistas. A pesar de las envidiosas críticas de algunos que lo consideran un engañabobos para turistas, la verdad es que pasearse por sus laberínticas callejuelas bajo balcones de madera y atravesando sus pórticos de mil y una forma es una experiencia echa para ser disfrutada.
Hoy en día es un conjunto de pequeñas viviendas que en su gran mayoría solo se ocupan en verano y que disfrutan de todos los servicios que se puedan necesitar como supermercado, restaurantes, bares, e incluso una pequeña y hermosa iglesia. El turista también tiene la posibilidad de alojarse en el poblado ya que también hay un buen número de apartamentos en alquiler dentro del mismo y varios hoteles colindantes.
A pocos minutos a pie se encuentra la playa de Binibeca con su arena blanca y fina y sus aguas cristalinas de color turquesa. Esta es una de las playas más populares de la costa sur de Menorca. En esta parte de la isla y a muy poca distancia hay otras playas muy recomendables como Punta Prima, Binisafuller, Binparratx o Binidalí entre otras.
Cualquier hora del día es buena para visitar el Pueblo de Pescadores de Binibeca, sin embargo no hay nada más hermoso que hacerlo después de un buen día de playa en uno de esos típicos atardeceres rojos de Menorca cuando el sol baña con sus últimos rayos de luz el mar y los blancos tejados de este pueblecito de cuento.