Revista Coaching

El punk y la innovación

Por Juansobejano
El punk y la innovación Hay una cosa que creo que es fundamental a la hora de hablar de innovación: el enfoque del que parte el sujeto/empresa que innova, la forma de enfrentarse al hecho de innovar y a todo su proceso. En realidad creo que el innovador (como en cierto modo el emprendedor) han de tener un marcado componente antisistema, o anti statu quo si se prefiere. Al fin y al cabo se trata de hacer cosas distintas, saltarse las barreras del “siempre se ha hecho así” y ser un poco francotirador del mercado. El punk no fue sólo una corriente musical o una manera de vestir, fue también una filosofía de vida que, procesada y, si se quiere, domada, ha llegado hasta nosotros e incluso se instala en la gestión empresarial como vemos. Hay, de toda la filosofía y movimiento punk, una serie de principios que son los que más me interesa resaltar en su relación con la innovación. Siguiendo la naturaleza de esta forma de pensar voy a ser un tanto anárquico en mis reflexiones y subjetivo en los puntos o principios elegidos como motivo de reflexión. 1.-Do it yourself. Creo que es fundamental, el punto de partida del que parte todo el movimiento. Hablamos aquí de diferenciación, personalidad, unicidad, individualismo y autosuficiencia. Como dijimos antes, la ideología ha de ser “domada”, lo que nos lleva a un enfoque más gestionable cuando hablamos de innovación. Así el punk nos enseña a desarrollar enfoques personales, ajenos a corrientes establecidas y paralizantes. Se trata de enfocar la innovación como un recorrido único que, aunque se nutra de todo el conocimiento anterior, como el punk, trate de tener una naturaleza y unos resultados completamente únicos. 2.-El amateur como activo. Hay mucho de amateur en el punk, en sus maneras de vestir y de tocar o componer, en su filosofía de vida. La innovación no puede nutrirse sólo de profesionalismo, es una forma de decir que la innovación nace también de quien no está estructuralmente inmerso en el proceso innovador. Las fuentes de la innovación se amplían desde esta perspectiva y nos permite aumentarlas y, por tanto, mejorar nuestra capacidad. El prototipado tiene mucho de este espíritu amateur. En cierto modo el prototipo no es reconocido como válido (“profesional”) hasta que no ha sido probado una y otra vez (“amateur”). 3.-Botton-up. Un poco para completar el punto anterior. El punk no fue un movimiento impuesto por las élites o copiado por las clases bajas. Fueron éstos los que implantaron el punk. Las empresas tradicionales innovan en las élites, desde una perspectiva estructurada y controlada. La innovación de las nuevas empresas (¿las llamamos empresas punk?) parte también desde los trabajadores, desde “las clases bajas” de la empresa. Aumenta así nuestra capacidad de innovación y de generación de compromiso. 4.-El desorden como activo. O la desorganización. En cierto modo el punk, y sé que estoy exagerando un poco, se adelantó a la filosofía de la red al predicar el valor del desorden ordenado, del desorden enfocado a un fin común, como veremos a continuación. Lo que sí parece claro es que la innovación requiere de un cierto momento de confusión, de alejamiento de la solidez de las teorías y modos establecidos para ser capaz de cuestionar autoridad y tradición. Encontrar nuevos caminos requiere un momento de indefinición, confusión si se quiere, que permita que el proceso innovador se vacíe de servidumbres y deberes. 5.-El desorden ordenado. Un poco sigue el punto anterior. Efectivamente hay desorden en el punk, pero tiene unas características que le hacen distinguibles y unos objetivos comunes que estructuran ese desorden. La innovación no puede vivir en constante desorden, no puede estar en brainstorming constante, sino que ha de decidirse por un camino, una vía de desarrollo que luego puede cambiar, es cierto, pero cuya decisión ha de ser tomada. No hay innovación sin elección. Por supuesto esta elección es subjetiva, así como su interpretación. Otros habrían elegido distintos principios e incluso los habrías interpretado de manera diferente. Sin embargo sí creo que quien quiera enfrentarse a un proceso innovador, quien quiera implantar la innovación en su empresa o quien quiera diferenciarse en el mercado a través de la innovación ha de tener un espíritu transgresor, buscar un camino único, una posición “antisistema”, o al menos anti tradición, y ser capaz de abrir la mente y el intelecto a nuevos estímulos a veces no muy ortodoxos pero tremendamente enriquecedores. ó Si te gusto este post, considera dejar tu comentario o suscribete al feed y consige los ultimos articulos en tu email.

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