Revista Opinión

El punto de no retorno

Publicado el 09 noviembre 2011 por Carlosrodriguez @CarlosRguezPrez

La crisis financiera europea ha puesto en jaque a Berlusconi, abocado a una irrenunciable dimisión. El diferencial de deuda soberana ha rebasado durante toda esta semana los 450 puntos básicos con el diferencial alemán. Esta cifra fue el punto de no retorno que propició los rescates económicos a Grecia, Irlanda y Portugal. El punto de no retornoAyer, de nuevo, rebasaron los 500 puntos básicos y todo parecer indicar un multimillonario rescate conjunto entre la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hacia uno de los socios del G8, donde se encuentran las economías más fuertes, y tercera gran economía de la eurozona, tras Alemania y Francia.Los mercados no parecen confiar en los planes de ajustes puestos en marcha por “Il Cavaliere”. Ni la solicitud italiana de pedir inspectores del Fondo Monetario Internacional ha podido tranquilizar los mercados internacionales de deuda soberana, ya afectados por la actual incertidumbre griega. El objetivo era regenerar la confianza de los mercados debido a la supervisión de inspectores internacionales de la Comisión Europea para que certifiquen los ajustes del déficit. No obstante, desde que se aprobó el primer rescate griego, y los efectos colaterales que acabaron con Irlanda y Portugal, ahora parece que la siguiente pieza en caer será Italia. Su mayor problema es que su deuda es de un 120%.La crisis de deuda puede ser la estocada definitiva hacia un Berlusconi, que ha salido airoso de los numerosos escándalos políticos y judiciales que la han acompañado durante sus años como primer ministro. Ha sido la elaboración de los presupuestos italianos para el próximo ejercicio, con los recortes exigidos desde Bruselas, los que han propiciado la división en la coalición parlamentaria. Unos recortes que afectan a materias sensibles como la reforma del sistema de pensiones y de la estructura laboral. La obligación impuesta por la Eurozona exige el cumplimiento para garantizar una consolidación del déficit y de la deuda. En palabras del comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rhen, Italia debe aplicar su propio “catenaccio”. Ni la compra masiva de bonos italianos por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha podido frenar esta espiral de incertidumbre.Durante toda su tramitación parlamentaria se fueron intensificando las divisiones internas en la coalición y que han propiciado varias mociones de confianza y votaciones parlamentarias que por estrecho margen superó. Todas menos la de ayer. Las mociones de confianza planteadas desde la oposición  tuvieron su origen en la falta de apoyos de Berlusconi para sacar adelante las cuentas estatales que conllevaran una estabilización de la economía italiana, y evitaran, así, el contagio procedente de la crisis política y económica que ha sumido a Grecia en un caos absoluto. Un 75% de los italianos rechazan la gestión económica y la culpan de los problemas de deuda. El fraude y la evasión fiscal aparecen como los dos grandes males. Parece ser que solo la dimisión de Silvio Berlusconi puede calmar a unos mercados ansiosos por seguir conquistando más plazas europeas.

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