Una de las piezas notables de la Catedral de Sevilla es el gran facistol del coro. Ebanistería, taracea y bronce dan lugar a esta pieza singular del Renacimiento en España. La ejecución fue encargada por el Cabildo en 1560 al arquitecto Hernán Ruiz el Joven y en los trabajos intervinieron durante cinco años varios carpinteros y artistas como los escultores Juan Bautista Vázquez o Juan Marín y el fundidor Bartolomé Morel.
El facistol alcanza los 370 centímetros de altura. Ahora se muestra majestuoso tras dos años de restauración. La parte que destacamos es la más noble: el tronco de pirámide cuadrangular donde se colocaban los libros de canto y que integra las figuras alegóricas del quadrivium fundidas en latón: la Astronomía y la Geometría (arriba) y la Aritmética y la Música (abajo). El medallón del centro representa al Parnaso con las musas.
La Música formaba parte de las matemáticas desde Pitágoras; este mueble para uso musical lo vuelve aponer de manifiesto y lo hace de la forma habitual: emparejándola con la Aritmética.
El coro está cerrado por su reja y por ello no resulta posible contemplar la pieza con el detalle que nos gustaría. Además, el latón recién limpio genera muchos brillos. Reproducimos solo la Astronomía con su esfera armilar. La Geometría porta un compás, la Aritmética una tablilla y la Música una lira.