Para poder detectar este tipo de fenómenos suele ser necesario hacer astronomía de rayos X, esto es, en lugar de observar la región visible del espectro, lo que se hace es usar telescopios especiales que nos permiten captar rayos X. ¿Por qué usar rayos X? El secreto está en la temperatura. Todo cuerpo, por el mero hecho de estar a una determinada temperatura, emite una cierta cantidad de radiación electromagnética, o lo que es lo mismo, emite luz. Ahora bien, no toda la luz es visible, nosotros podemos ver los siete colores del arcoíris, pero, por ejemplo, no podemos ver las ondas de radio, el infrarrojo, el ultravioleta o los rayos X, de ahí que necesitamos telescopios especiales que pueden captar este tipo de luz y poder así analizarla. Lo que sucede en los quasares es, que la materia que forma el disco de acreción se calienta debido al rozamiento que sufren distintas zonas del disco unas con otras, esto es fácil de entender, las regiones del disco más cercanas al agujero negro giran más rápido y las más alejadas giran más despacio, esta diferencia en la velocidad de rotación de las distintas zonas es lo que hace que la materia que forma el disco se caliente, las temperaturas que alcanzan son tan elevadas que dicha materia acaba emitiendo rayos X, así, aunque el agujero negro no emita luz y esté escondido en el corazón de la galaxia, los rayos X provenientes del disco de acreción actúan como unos chivatos señalándonos donde está el agujero negro.
Los quasars presentan otra característica muy llamativa, y es que suelen emitir un par de chorros de materia de forma diametralmente opuesta. Dichos chorros se emiten con una potencia que resulta imposible de imaginar. A día de hoy no se sabe a ciencia cierta cómo se forman esos chorros y cómo pueden afectar a las galaxias.
Hace una semanas el ESO emitió un comunicado donde hacían público el hallazgo del quasar más potente que se conoce hasta la fecha, el nombre del mismo es SDSS J1106+1939, el nombre no es, que digamos, ciertamente romántico, o evocador de la verdadera naturaleza de dicho titán. La verdadera naturaleza de este quasar nos la revelan los datos científicos. La energía que lleva la materia que se ve expulsada en estos chorros equivale a algo más que a dos millones de millones de veces la emitida por el Sol, si queremos un número más pequeño, podemos compararla con la emitida por toda la Vía Láctea, que es nuestra galaxia, en ese caso la emisión de SDSS J1106+1939 es cien veces mayor. Merece la pena recordar que nuestra galaxia tiene, siendo conservadores, unos cien mil millones de estrellas, la comparación no deja lugar a dudas, los quasares son objetos tremendamente poderosos y violentos, son, literalmente, los titanes del universo.
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Concepción artistica de SDSS J1106+1939 Credit: ESO/L. Calçada