YO SOLO LE DISPARÉ. LUEGO, LO DE MORIRSE, FUE COSA SUYA. F. Aramburu
Hay muertos por todas partes y condecoraciones por doquier. Alguien aprieta el gatillo en Gaza y aduce que lo hizo en defensa propia. En Ucrania los unos matan a los otros, porque el territorio tiene un propiedad que ha de ser defendida. En Japón se estirilizó a miles de personas y con un simple "lo siento" las autoridades le dan carpetazo. En Afganistán la mujer carece de los derechos de ser ella misma. En Bangladesh se detiene a los líderes de la oposición y la jefatura mata a 200 personas. El gobierno de Kenia deja 23 muertos en las morgues....
En fin, parece que hay mucho revólver para darle al gatillo y mucha "Vía Apia" para que los armados desfilen en busca de otra presa. Algunos valen más si se están quietecitos disfrutando de la playa y el sol, hasta que se achicharren. De dejarlos solos y sin vigilancia, van a ir en busca de la condecoración y de su ingreso en los libros de texto dando matarile a quien se les ponga por delante. Eso sí, legalmente y con la justicia de su parte, que las cosas hay que hacerlas bien.
Hay mucho Escipión o Pompeyo a quienes les gusta hacerse los duros con un revólver. No dudan en usar las fuerzas armadas a su disposición para ampliar un medallero que no les cabrá en el pecho. Mientras tanto, los héroes a las trincheras, a defender las ideas de otros. 182.000 desplazados en cuatro días en Gaza, en Rusia se condena al periodista estadounidense Evan Gershkovich a 16 años de cárcel, en Senegal se prohibieron las manifestaciones de la oposición, en Corea del Norte se prueban misiles de ojivas múltiples, en China ser feminista es imposible, en Sudán una guerra que dura 16 meses y una hambruna para 25 millones de seres humanos e Irak sigue a lo suyo: con su califato.
A estos capos les gusta que la función tenga pirotecnia que no deje dormir; y además se vanaglorian de que su sombra proyecta el terror y el miedo. De diseño geoestratégico conocen una línea: la roja, que anchan y estrechan según su parecer. Nos colocan trampantojos para justificar los demonios que llevan dentro, pero lo cierto es que matan. Se dice que la justicia es ciega y es verdad, porque a todos estos pistoleros no los juzga ni dios, lo que además es imposible.