La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche de la práctica totalidad de mamíferos (la única excepción que se conoce son los leones de mar americanos). Es el elemento más abundante en la leche humana, siendo también muy ricas en lactosa las leches de vaca o de cabra. Una parte importante de la población sufre lo que se denomina como “intolerancia a la lactosa”, una condición que hace que ciertas personas tengan dificultad digiriendo la leche provocándoles gases y en muchos casos diarreas. De hecho, a nivel mundial, es muy superior el número de personas intolerantes a la lactosa por lo que en realidad podemos decir que lo que es realmente excepcional es tolerar bien la leche cruda en la edad adulta.
¿Pero por qué un compuesto que forma parte de la leche materna puede generar intolerancia? La explicación está en una enzima llamada lactasa que se genera en el intestino delgado y que ayuda a digerir la lactosa. En la mayor parte de humanos, la generación de lactasa se interrumpe a los pocos años de vida lo que convierte a dicho individuo en intolerante a la lactosa. Sin embargo, ciertas modificaciones genéticas han hecho que algunos grupos étnicos no interrumpan la generación de lactasa durante su vida (o lo hagan a edades más avanzadas). Es el caso de una gran parte de escandinavos y centroeuropeos, donde prácticamente toda la población tolera la lactosa. En España el porcentaje de intolerantes está alrededor del 15% de la población. Son mayoría en continentes como África y Asia.
Una persona con problemas de intolerancia a la lactosa no tiene sin embargo que privarse de consumir lácteos. La gravedad de los síntomas depende mucho de la cantidad de lactosa ingerida. La mayor parte tolerará sin problema un chorrito de leche para cortar el café o el té. El queso, tras su proceso de maduración por el efecto de los fermentos lácticos que implica la transformación de los azúcares de la leche en otros compuestos, tiene poco o ningún contenido en lactosa por lo que puede ser consumido por una gran número de personas con problemas de intolerancia. Esto es especialmente cierto para los quesos más maduros. El yogur también puede ser consumido sin problemas por un gran número de intolerantes, pero no porque no contenga lactosa sino porque el propio yogur durante su fermentación desarrolla enzimas que ayudan a su digestión.
Y finalmente, es posible comprar dichas enzimas en forma líquida en la farmacia. Basta añadir unas gotas a la leche para asegurar una digestión de la lecha libre de problemas.
n blog) y funciona muy bien.- MEJILLAS: Pasamos al colorete. No sé si sabré explicar bien esta forma de aplicar el colorete. Yo es la primera vez que la veo y he de confesar que me ha convencido totalmente.
1º Cargamos la brocha con el colorete. La descargamos en la zona de la sien pero no la deslizamos en horizontal hasta la manzana del moflete sino que vamos a realizar brochazos de arriba hacia abajo (como si pintásemos una valla) hasta llegar a la manzana. De esta forma estamos dejando el color en el hueso del pómulo simulando un enrojecimiento producido por el sol. Queda muy natural y evita que nos quede una raya de colorete cruzándonos la cara.
2º Aplicamos un poquito más de colorete si lo deseamos en la manzana del moflete.
3º El color coral sienta bien a cualquier tipo de piel. Es muy natural.
Otros pequeños apuntes:
- Antes de aplicar la base de maquillaje podemos usar una prebase alisadora para disimular los poros y conseguir que nuestro maquillaje dure más.- Tras aplicar la base podemos usar unos polvos minerales para fijarla.- Al terminar de maquillarnos, podemos usar una bruma facial para calmar la piel, refrescarla y fijar el maquillaje.- Por las mañanas no conviene recargar la piel con muchos productos por lo que los Sérums se deben usar por la noche.- Una noche a la semana debemos prescindir de la crema hidratante pudiendo aplicar solamente un poco de bruma facial. Así le daremos un respiro a nuestra piel.- Las brochas y pinceles se deben limpiar a diario (con un limpiador) y lavar a fondo una vez al mes (no más porque se estropearían demasiado) con gel neutro.
Termino ya el post comentando que el curso costaba 35 € canjeables por productos MAC y yo me he cogido mi base de maquillaje Studio Fix Fluid en el que, supuestamente es mi tono, NW20 (yo había usado el 30 y últimamente el 25) y un labial en el tono Amorous precioso y que huele de maravilla (a vainilla).
Satin Lipstick - Amorous
Studio Fix Fluid NW 20
Chicas, os recomiendo que si tenéis oportunidad, asistáis a uno de estos cursos porque siempre hay algo que descubrir. No había más que escuchar los comentarios de algunas asistentes: "Vaya, pues yo esto lo hacía mal", "anda, pues esto también lo hacía mal", "uy, fíjate qué curioso".
Bueno, os dejo, que me vuelvo a MAC a por el dispensador para la base (que se me ha olvidado).
Besitos y espero haberos aportado alguna idea (bueno, yo no, el maquillador).
Nos leemos en los comentarios! : )