Revista Diario

El quid de la cuestión.

Por Myriam Cabanillas
El otro día os comentaba en esta entrada lo mal que llevamos en casa los deberes.
Pues he dado con el quid de la cuestión:
Hemos pasado en casa 15 días con gripe en total, de los cuales mi hijo mayor ha estado 7 sin ir al cole, pero nos han estado trayendo gran parte de los deberes que hacían en clase y mandaban para casa.
Como su gripe ha sido bastante agresiva, no teníamos mucho tiempo a  diario para hacer los deberes, pero los ratos que podíamos  han sido increíblemente reveladores:
Ni una queja a la hora de ponerse con ellos, él mismo se los racionaba y no para hacer menos, si no para dejar terminados cuantos mas mejor, tranquilidad absoluta....
Y entonces  lo entendí, no es ya que le guste mas o menos estudiar y hacer deberes, si no que a diario , cuando salen del cole ya están cansados de hacerlo.
Son pequeños, quieren divertirse, soñar despiertos, inventar...y para cumplir con sus cinco horas de jornada escolar como es debido necesitan un ejercicio de contención y concentración excesivo para sus corta edad y claro, cuando al fin sen ven fuera del recinto escolar, en teoría "libres" de obligaciones, se topan con los deberes....pocos son los que los querrán hacer sin poner pegas.
Por eso, voy a intentar poner todo de mi parte para que el rato de los deberes sea mas agradable, para que la hora de estudiar sea amena, para que no sientan que esa tarea es una prolongación de la escuela.
Necesito que no haya un tabique de separación casa/escuela y que aprendan a vivir su jornada escolar con alegría.
Creo que es un problema de actitud (empezando por la mía propia) y que se puede hacer esa tarea mas llevadera, ahora solo me queda descubrir la formula exacta y ponerla en practica.
¡Manos a la obra!

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