Cerca del veinte por ciento de la población mundial celebra desde, aproximadamente, mediados del mes de julio hasta medio mes de agosto, la fiesta del Ramadán.
Dicha fiesta musulmana se vive en el noveno mes del calendario lunar islámico y celebra que, el veintisiete de ese mes pero hace mil cuatrocientos treinta años, el profeta Mahoma recibió (comenzó a) la revelación del Corán.
El inicio de la festividad no es fijo ya que ésta comienza con la primera visión del cuarto creciente (lunar) después de la luna nueva (del octavo mes islámico); de esta manera, el Ramadán comienza a la puesta del sol del día que se observa el fenómeno astronómico.
A lo largo de los treinta días que dura la celebración más importante (anual) de los musulmanes ellos se abstienen de comer, beber y tener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
La intención de la privación es el de reforzar los valores de la paciencia y de la humildad además de recordarles (a ellos) que son afortunados (por pertenecer a la que creen la verdadera religión).
Otra de las finalidades -y que cabe resaltar es muy curioso, en el buen sentido- es que con el ayuno los creyentes buscan experimentar lo que sienten los pobres ante la angustia de no comer; sintiendo similares sensaciones pueden hacer hincapié (en sus corazones) en ayudar al necesitado.
Gracias a evitar voluntariamente la ingestión de alimento durante la mayor parte del día, el alma (sostienen los musulmanes) se eleva y con esto permite una mayor compasión hacia los pobres.
Aunque el ayuno es uno de los pilares del islamismo obtienen licencia los enfermos, los ancianos débiles, los menores, los viajeros, los adultos que realicen trabajos pesados y las mujeres embarazadas, menstruando o en puerperio (recién paridas) aunque se les exhorta -a quienes sí pueden realizarlo en condiciones normales- a efectuar el ayuno en otro momento del año.
Durante el mes los fieles siguen con su vida ordinaria (sus rezos, cinco al día, no varían aunque el nocturno es un poco más largo) aunque sí, en teoría, reflexionan muy detenidamente sobre su relación con Alá.
Según rescata el Corán, el mes del Ramadán sirve en el creyente para guiarlo por la buena dirección permitiéndole distinguir más fácilmente entre la verdad y el error.
A continuación, amable lector, una infografía que realizó la agencia mexicana de noticias NTMX en dos mil doce sobre el Ramadán (click para ver más grande):