Tras seis años de espera, los blancos suman su 31 campeonato, que les devuelve a lo más alto, les da confianza para competir de tú a tú con el Barça y les suministra aplomo para mantenerse en la élite
Fuente: historiasobredeportes.blogsport.com
La trigesimoprimera Liga que el Real Madrid de baloncesto ha colocado en sus pobladas vitrinas esta semana, al derrotar a un Barcelona que nunca baja los brazos, no debería ser un título más que añadir a su brillante historial. Este éxito les debería hacer pensar a los dirigentes del club blanco que cuando se planifica con cabeza y se ejecuta con acierto, se está más cerca del éxito. Este triunfo no solo devuelve a la entidad a lo más alto, sino que también confirma que ha confeccionado una plantilla que puede competir con la de su máximo rival azulgrana, más sólida y con el aplomo y la experiencia que suministra disputar finales trascendentes temporada tras temporada. Esta campaña, en la que los blancos también alzaron la Supercopa, igualmente ante el Barça, y alcanzaron la final de la Copa de Europa, debería servir para marcar el inicio de una nueva era en la que el equipo más laureado del viejo continente se sitúe de nuevo en la élite del baloncesto mundial. En los dos últimos años han sumado tres títulos y una final europea, que deben sentir como una transfusión de sangre nueva vital para consolidarse.Fuente: república.com
Estos galardones no son fruto del azar o de la generación espontánea, puesto que ya en la anterior temporada esta plantilla alzó la Copa del Rey, tras 19 años de sequía, y cayó en la final de Liga in extremis, en el quinto partido y ante un enorme Barcelona. Fue un primer paso en el regreso a la élite, mejorado este año. Porque esta posibilidad de acceder a los títulos está incrustada en el ADN de los grandes clubes, obligación a la que la segunda sección, como se la conoce en la entidad madridista, había renunciado durante la última década. De hecho, esta ha sido la segunda final de Liga consecutiva disputada por los blancos, circunstancia que no se repetía desde las temporadas 1999/2000 y 2000/2001, la primera ganada al Barcelona (3-2) y la segunda perdida ante el mismo rival (3-0). Las derrotas esta temporada en la Copa del Rey ante los azulgrana y en la final de la Liga Europea frente al Olympiakos habían sembrado dudas. Los merengues jugaron bien, pero no culminaron. Era un estigma que revoloteaba en el ambiente. Con este título, el peligro ha desaparecido.Fuente: diariocritico.com
Durante esta década, los blancos sumaron dos ligas, 2004/2005 con Maljkovic en el banquillo y 2006/2007 con Joan Plaza al mando. Pero estos éxitos sí que fueron aislados, puesto que en las campañas siguientes el campeón quedó apeado en cuartos de final en ambas ocasiones, por lo que ni siquiera llegó a luchar por renovar su corona. Estos fracasos dieron pie a nuevos proyectos, con otros técnicos y distintos jugadores, que solo añadieron más confusión y desconfianza a sus miembros y seguidores, además de ofrecer más argumentos a los defensores de poner fin a esta sección deficitaria, que gasta 24 millones de euros por temporada, por debajo de los potentes clubes continentales. Ahora, se han sentado las bases para que la etapa de Pablo Laso al mando tenga continuidad, pues los datos le apoyan rotundamente: el técnico vitoriano es el tercero con más de cien partidos con mejor balance de victorias en la historia del club, ya que el quinto de la final supuso su choque142 y su triunfo 109. Es decir, el 76,75% de los encuentros en que ha dirigido a su escuadra ha salido triunfante, solo por debajo de los míticos Pedro Ferrándiz (85% y cuatro Copas de Europa) y Lolo Sainz (81,1% y dos Copas de Europa). Es más, el preparador vasco es el más laureado del Real Madrid en los últimos 20 años, club que en ese tiempo ha logrado tres Ligas, una Copa del Rey, una Copa de Europa, una Recopa y una Copa ULEB..Fuente: marca.com
Además, este nuevo éxito madridista ratifica una máxima que no debería haberse olvidado nunca en la casa blanca: 28 de la 31 ligas nacionales y 7 de las 8 Copas de Europa las han sumado con entrenadores españoles en el banquillo. El presidente de la entidad, Florentino Pérez, debería tomar nota y aplicar esta filosofía también al equipo de fútbol, pues seguramente le resultaría más productiva. Desde la llegada de Carlos Sánchez a la dirección de la la sección, el Madrid ha confeccionado el núcleo de su plantilla con jugadores de calidad del país, y la ha completado con especialistas que lucen otros pasaportes, lo que ha profunidzado los lazos de unión con la afición, mucho más orgullosa y satisfecha de disfrutar de los éxitos con gente de casa. Es de esperar que se olviden de repetir sonados fracasos de vedettes como Ettore Mesina, que formó supuestos grandes planteles con medianías llegadas del extranjero.Fuente: europapress.es
Pero el dato más esperanzador que ha devuelto la sonrisa y el orgullo a los aficionados blancos al baloncesto es la recuperación del estilo de juego rápido, alegre y efectivo que le valió a este club para situarse en la cima del universo baloncestístico. El Madrid ha terminado el campeonato nacional con un brillante y contundente balance de 38 victorias y 6 derrotas, logradas gracias a un estilo de juego basado en una defensa agresiva y rápidas transiciones, características que dan belleza y plasticidad a este juego. Esto ha supuesto recuperar las viejas raíces que hicieron de la velocidad y el contraataque un estilo propio. Este regreso al pasado ha devuelto al aficionado al Palacio de los Deportes, donde el número de abonos se ha duplicado en las dos últimas temporadas, al pasar de 3.000 a 6.000, y donde el aforo medio se ha incrementado de 5.000 espectadores por partido a 9.000, tanto en la Liga como en la Liga Europea, alcanzándose el lleno en varios encuentros. El último, en el quinto y decisivo choque de la final, donde más de 13.000 almas vivieron en directo, gran parte por primera vez, la celebración de un título de Liga en casa, circunstancia que no se producía desde hacía 20 años, en 1993 con Sabonis de maestro de ceremonias, en el quinto partido de la final contra el Joventut.Fuente: eurosport.yahoo.com
Por todo ello, el reto que se le plantea hoy a la segunda sección es mantener la continuidad en el éxito, como ha logrado el Barcelona en las últimas 14 campañas, en las que ha sumado seis Ligas, otras tantas Copas del Rey y dos Euroligas. Además, en este tiempo, han sido muy pocas las temporadas en las que no ha estado con opciones de éxito hasta el final. Esta prestancia de campeón es la que tiene que recuperar el Real Madrid para mantener su puesto en la élite, para que los últimos títulos no queden como islas en su historial. Pero eso es lo más complicado, superar los altibajos y consolidarse en la cima, para lo que se necesita un núcleo estable en su plantel, que parece haber conseguido. Los blancos no repiten título de Liga desde las campañas 92/93 y 93/94. Era otro siglo. Ahora tienen la oportunidad de lograrlo.Ya se han dado cuenta de que, por lo menos, están a la altura del Barça, que les ha despojado del trono. En su mano está recuperarlo.