Derrota con autoridad a un rocoso Barcelona con un juego ofensivo e intenso, acaba con récords ancestrales y ratifica que vuelve a reinar con solvencia en el baloncesto español
Fuente:mundodeportivo.com
El Real Madrid de Pablo Laso está inscribiendo su nombre con letras de oro en la historia del baloncesto español de manera más que merecida, y no solo porque sigue ampliando el récord de victorias consecutivas en un inicio de temporada, suma ya 25, sino porque su apuesta por el baloncesto ofensivo y espectacular está marcando época. El estilo alegre, intenso y con el objetivo de lograr canasta lo antes posible ha defenestrado, es de esperar que para siempre, el basket control y rácano que instauraron en Europa durante las últimas décadas técnicos italianos y eslavos de renombre y fama. Y una muestra de este baloncesto espectáculo fue el clásico disputado ayer, donde los blancos se alzaron con una contundente victoria ante un rocoso Barcelona con la inestimable cifra de 98 puntos en su casillero. En muy pocos encuentros entre los dos mejores equipos españoles de la historia se han alcanzado esos estimulantes guarismos.Fuente: elmundo.es
Sin ser el partido más brillante que han protagonizado los blancos en este histórico inicio de temporada, el choque ante el Barça evidenció que el nivel de intensidad desplegado por el completo plantel que dirige Laso es máximo. Un Barcelona rocoso, acertado en el tiro y que nunca baja los brazos, aunque algo confuso en sus roles, sucumbió ante el eterno rival, que ha logrado quitarse de encima el estigma de equipo inferior que durante la última década marcaron los blaugranas, que llevaban ocho temporadas ganando todos los clásicos que se celebraban en Navidades. Pero la llegada del técnico vasco al club blanco ha servido para darle un vuelco en las estadísticas y sumar más victorias que derrotas en sus clásicos. El actual preparador madridista, que llegó al cargo con la desconfianza de la gran mayoría por su falta de experiencia, se ha graduado con nota alta, pues ha conseguido algo muy complicado en un equipo de élite, normalmente integrado por egos enormes, que es repartir responsabilidades y conseguir que sus pupilos las acepten sin rechistar. La disciplina, la humildad, el respeto por las jerarquías y la ética de trabajo impuestas por Pablo Laso van a quedar en los manuales de este deporte como ejemplo a seguir en el manejo de equipos punteros.Fuente: marca.com
El técnico vitoriano ha tenido claro desde el principio de su andadura en la casa blanca el estilo que quería imponer, o más bien recuperar, el que hizo al Madrid reinar en Europa de los cincuenta a los ochenta, basado en el esfuerzo defensivo como inicio de veloces transiciones en busca del aro rival sin especulaciones. El baloncesto que inició Pedro Ferrándiz hace más de medio siglo, y que continuó Lolo Sáinz más tarde, equipo de ensueño al que 53 años después le han arrebatado el increíble récord de 23 victorias seguidas, entre campeonato nacional y europeo, en un inicio de temporada. Para lograrlo, ha conformado en solo tres campañas un plantel equilibrado y con un sinfín de recursos, que le están sirviendo para marcar época. Con un detalle más: la calidad y la magia la ponen en esta ocasión los españoles (Llul, Rodriguéz, Rudy, Reyes, incluso Mirotic) mientras que los estadounidenses apuntalan el equipo con su especialidad defensiva (Slaughter, Darden y Draper), con la excepción del bombardeo Carrol. Además, ha logrado que un jugador como Sergio Rodríguez conduzca su innato descontrol hacia una dirección mágica y efectiva, que le está conduciendo a una madurez pletórica, muy positiva para el equipo y sus compañeros. Es necesario reconocer la profesionalidad del base canario, que a base de trabajo particular ha sabido reconducir su inestable vereda profesional.Fuente: acbtv.acb.com
A todo esto, Laso ha conseguido inyectar en sus pupilos un ansia de victoria infinita, representada nítidamente en la última canasta del partido de ayer, sumada por Sergio Ródríguez en el último segundo con ansia y decisión, a pesar de que su equipo ganaba por doce puntos. Este esfuerzo por agradar ha servido para que la afición regrese al Palacio de los Deportes en masa, no solo abarrotándolo en los grandes choques, sino también rondando los diez mil asistentes en los poco trascendentes. Con el añadido siempre estimable del respeto por el rival, aunque sea el más enconado. Porque da gusto oír las declaraciones siempre mesuradas de un entrenador que antes fue jugador y que entiende la rivalidad como una aportación a la grandeza de este deporte y no como una diferencia a aniquilar. Ya sea antes o después de los partidos, Laso sabe relativizar la trascendencia de lo que su equipo pone en juego y no necesita de incendiarias manifestaciones para estimular a los suyos, ya sean jugadores o afición.fuente: blogtheranking.com
Y con los pies en el suelo, insiste una y otra vez en que el Madrid todavía no ha logrado nada. Y la verdad es que, de momento, ha sumado poco: dos Supercopas, una Copa del Rey y una Liga, además de una final europea en dos temporadas. Escasos títulos si se comparan con la época dorada del conjunto blanco, pero numerosos y seguidos si se contraponen con la última década y media de la siempre segunda sección. Pero para pasar a la historia con nombre propio es necesario que el buen juego desplegado sea ratificado con títulos, siendo el primero de ellos la Liga Europea, trofeo por el que suspira el madridismo desde hace ya 19 años, cuando en la campaña 1995/6 los Sabonis, Arlauckas, Santos, Lasa y compañía alzaron la octava copa de Europa. Este trofeo devolvería la gloria al conjunto más laureado del continente. Y una nueva Liga equivaldría a repetir 20 años después dos campeonatos nacionales consecutivos, premios que este equipo antes no apreciaba por lo asiduo de su consecución, pero que hoy hacen las delicias de su seguidores.Fuente: lavozdelbasket.com
Pablo Laso, que ha acreditado saber fichar lo que el equipo necesita para completar un plantel equilibrado, y que ha hecho olvidar otra serie de adquisiciones inútiles de los responsables de la sección durante los últimos años, tiene por delante el reto de perdurar en lo más alto. Esta es una complicada tarea, que exige gran capacidad para manejar plantillas de calidad _ya ha demostrado que la posee_, y visión para sustituir las piezas más desgastadas o que cambian de aires por otras adecuadas para mantener el nivel competitivo que exige la élite. El desafío que se le presenta con la posible marcha de su principal estrella, Nicola Mirotic, a la NBA es su primer envite, y la sustitución del infatigable pero veterano Felipe Reyes, el segundo. De su capacidad para canjear estas piezas con el objetivo de seguir entre los grandes del baloncesto europeo durante un largo período dependerá que se instale en la laureada historia del baloncesto madridista al nivel de Pedro Ferrándiz o Lolo Sáinz, iconos del imperio blanco en este deporte.