Fue Neil Armstrong en su llegada a la Luna quien popularizó aquella frase de “este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad”. En esa histórica sentencia, el astronauta plasmó la idea de que los grandes logros se consiguen a base de pequeños gestos. Si hablamos de mujeres, en 1955 Rosa Parks, una costurera de Alabama, se negó a ceder su asiento en el autobús a un blanco, como marcaba la ley.
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