La mañana de sábado que visité el “Refugi 307” cayó un diluvio en Barcelona. Me pilló en la Boquería haciendo la compra semanal mientras mi familia me espera a salvo en casa. Mi hijo Marc aguardaba impaciente por acudir al refugio de la guerra civil que se conserva en la calle Nou de la Rambla, en el barrio de Poble Sec, al pie de Montjuïc. Por suerte la lluvia cesó en cuestión de minutos y, mientras volvía a casa, apareció un sol radiante. Así que al final pudimos realizar la visita que teníamos programada y que hacía tiempo que queríamos hacer. De hecho, lo intentamos durante “La nit dels museus” pero desistimos por la inmensa cola que había.Este es uno de los más de 1.400 refugios antiaéreos construidos en Barcelona durante los bombardeos de la Guerra Civil y uno de los pocos que quedan en pie. Fue construido gracias a la participación de los vecinos del barrio, que pusieron todo su empeño en conseguir un lugar seguro donde refugiarse en caso que al ejército de Franco le diera por bombardear la población civil, como desgraciadamente ocurrió. Pero dado que la mayoría de hombres se encontraban luchando en el frente, la construcción de los refugios fue más cosa de mujeres, niños y ancianos.
Construcción del refugio de Poble Nou (Foto de Manel Centelles) - Archivo personal de Alicia Bou |
Al fondo, la actual puerta de acceso principal y, a la izquierda, los lavabos
Sus paredes estaban repletas de letreros con recomendaciones y prohibiciones con frases como “prohibido gritar”, “se ruega ser respetuoso con los demás” o “se prohíbe fomentar el pesimismo”. Esto último, de vital importancia si pensamos que en ocasiones pasaban muchas horas hasta que la población pudiera regresar a su hogar. Una persona negativa que sólo hablase de las pocas (o nulas) posibilidades de sobrevivir podía ser fatal para el resto de sus compañeros de reclusión.Una vez concluida la guerra el refugio quedó abandonado por unos cuantos años hasta que allí se instaló una fábrica de vidrio y el refugio se utilizó como su almacén. Luego, años más tarde, tuvo otros usos como residencia de una familia de gitanos que, inicialmente, pensaba construirse una barraca en lo alto de Montjuïc y que vivió allí toda una década. De hecho, en el interior del refugio hay una chimenea construida por esa familia gitana y quedan testimonios de vecinos que recuerdan lo “mona y acogedora” que llegó a ser esa vivienda. XavierTheros me lo confirmó unos días más tarde en una larga entrevista que le realicé y que me guardo para la semana que viene.Chimenea construida por la familia gitana que se instaló a vivir
Mapa del interior de Refugi 307, editado por el MUHBA