
Hoy me ha llegado un mail con el mismo asunto que el titulo de este escrito: El Regalo Perfecto. Sin abrir el correo me he preguntado ¿Cuál es el regalo perfecto? He estado un buen rato dándole vueltas a qué pediría si el genio de la lámpara mágica se presentara un día de estos y me ofreciera 3 deseos. Creo que hablando en términos generales, la salud para uno mismo y los seres queridos es el bien más preciado. Como hablamos de genios y deseos me voy a permitir la licencia de pedir 3 cosas que no se “regalan” así como así. El primero cómo ya he dicho sería salud y el segundo amor. El amor en todas sus versiones creo que es una de las mejores cosas que hay en esta vida. Me pongo a pensar en el tercero y uno de los deseos que más anhelo es algo recurrente en mi vida. No es una cosa nueva de ahora, desde bien pequeña he querido jugar con ello.
Os voy a dar dos pistas, a ver si lo adivináis:
1. No es algo común que quieran los niños. Yo empecé a querer jugar con él después de leerme un libro infantil del que no recuerdo el nombre ni el autor. He intentado buscarlo en Google pero no doy con él y es una pena, porque fue un libro que me marcó y del que todavía recuerdo su moraleja: cuidado con lo que deseas porque puede serte concedido y volverse en tu contra… ahí queda eso.
2. Creo que es algo que se valora más conforme cumples años.
3. Calidad y cantidad no están reñidos con este deseo.
¿Lo compartís? ¿sabéis de que hablo? Seguro que sí, lo he puesto muy fácil :-)