La incandescencia podría tener una segunda vida gracias a los investigadores del MIT. Estudios recientes han mostrado una línea de investigación que podría llevarnos a que las bombillas incandescentes puedan ser aún más ecoeficientes que la iluminación basada en LED (de las siglas en inglés, Light Emitting Diode).
El regreso de las incandescentes suena como el título de una reciente película de acción. En lugar de ello, lo que proviene de los estudios realizados en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) tiene un potencial en convertirse en un hito para el mundo de la iluminación.
El respeto por el medio ambiente y las prácticas ecoeficientes nos han animado a adoptar soluciones de iluminación ecológica y olvidarnos de opciones poco eficientes como las bombillas incandescentes y las halógenas. La Unión Europea ha restringido las ventas de la tecnología tradicional, promocionando de manera activa el reemplazo de nuestras lámparas y bombillas con soluciones de ayuden a preservar nuestro planeta, favoreciendo el ahorro de energía mediante la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de CO2, entre otras cuestiones.
Y puesto que el coste de los productos LED ha bajado de forma notable gracias a los avances tecnológicos, la sustitución de las bombillas incandescentes se ha acelerado en los últimos años. Incluso la tecnología basada en fluorescencia se ha visto relegada en la actualidad para usos concretos.
Retomando el asunto inicial, han sido investigadores del MIT los que llevaron a cabo un experimento que podría ser una alternativa a la tecnología LED, que es considerada la solución ecointeligente del momento. En el MIT se descubrió que el filamento que rodea la bombilla incandescente, con una estructura cristalina especial, recupera la energía que normalmente se pierde principalmente en forma de calor.
Las bombillas incandescentes usadas convierten sólo el 5% de la energía emitida en luz, perdiendo el 95% restante
Con este planteamiento, los científicos demostraron que parte de esa energía se puede aprovechar. En los prototipos desarrollados, la estructura innovadora mejora la eficiencia de alrededor de 2% a 6%, según informa Manufacturing America (www.magoda.com). Siguiendo esta línea de trabajo, las nuevas bombillas de incandescencia podrían alcanzar teóricamente niveles de eficiencia energética superiores a las actuales luminarias LED.
El potencial de iluminación de esta tecnología es emocionante. Profesor Chen Gang, Jefe del Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT
Con estas nuevas lámparas, si la línea de trabajo se demuestra viable, tendríamos a nuestro alcance no solo un dispositivo de iluminación ahorrador, sino también una buena opción para aquellos usuarios que se quejan de la temperatura de color de baja calidad que da la luz LED.
Las bombillas incandescentes siempre han destacado por su extraordinaria luz cálida, fruto de la emisión de calor y luz. Muchos productos LED no alcanzan a replicar el nivel de esta agradable luz, incluso a temperaturas de luz de 2700K.
¿Crees que esta tecnología puede convivir con otras que ya han dado pruebas de su ecoficiencia?
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