Revista Música

El regreso del vinilo: ¿moda o realidad?

Publicado el 29 agosto 2016 por Musicnexo

Corría la década de los 80 cuando, en la industria de la música, el disco de vinilo comenzó a ser desplazado por la aparición de un nuevo formato: el CD. Más cómodo y con un sonido más limpio… Con las ventajas que ofrecía este soporte, parecía un hecho que los vinilos se enfrentaban a su adiós definitivo; sin embargo, ahora, tres décadas después, han resurgido.

Ni Spotify, ni ningún otro servicio de música en streaming… El formato que más ingresos generó en 2015 fue el disco de vinilo, que ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años hasta alcanzar su nivel más alto desde 1988. Pero, ¿cómo es posible que, en una época en la que los formatos digitales permiten tener la música al alcance en cualquier momento y en cualquier lugar, sean los formatos analógicos los que más crezcan? La clave se encuentra en una combinación de sonido y experiencia.

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El vinilo ¿suena mejor que un CD

La respuesta es no. De hecho, no suena ni mejor ni peor: suena diferente. Para entender las diferencias entre ambos, debes saber que:

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1) Mientras que los vinilos, al ser analógicos, son (en teoría) una reproducción exacta de la onda de audio original; los CDs, al pasar por un proceso de conversión al formato digital, sufren una pérdida de información que les impide almacenar toda la onda de sonido.

2) Ese supuesto sonido más ‘fidedigno’, es uno de los argumentos que usan los mayores defensores del vinilo; sin embargo, está comprobado que, debido a las limitaciones físicas en la reproducción, el vinilo no puede representar con exactitud el sonido tal y como se ha grabado. Es decir, que el sonido sí se almacena tal y como es, pero no nos llega a nosotros de tal manera.

3) A fin de evitar distorsiones, el vinilo requiere un rango dinámico (diferencia entre la nota más alta y la más baja) más limitado que provoca la pérdida de agudos. De ahí, que los aficionados a este tipo de soporte definan el sonido como ‘más cálido’ y agradable al oído, mientras que el CD puede resultar más frío.

4) Otra de las características que se atribuyen al vinilo es la de ofrecer un sonido ‘con más cuerpo’ o más grueso. Esto se debe a la distorsión y las vibraciones que provocan las ondas sonoras de los altavoces y el vaivén de la aguja sobre los surcos.

Sabiendo todo esto, está claro que muchas de las virtudes que se atribuyen al vinilo son en realidad defectos, pero muchos afirman que ahí reside parte de su encanto. Y es que, aunque los giradiscos y el resto de accesorios de tocadiscos han mejorado notablemente con respecto a los de la década de los 80, ofreciendo hoy en día un sonido mucho más limpio, no hay duda de que uno de sus mayores atractivos reside en la nostalgia que provoca ese familiar zumbido provocado por la aguja o los saltos y ‘clics’ que se producen por los defectos en el surco… En definitiva: lo retro gusta y no hay nada que evoque la música de la década de los 50, 60 y 70 mejor que un tocadiscos.

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Más que música, un ritual

Más allá de especificaciones técnicas o modas, no hay duda que el vinilo aporta un sentido de ‘ritual’ al momento de escuchar música. Hoy en día, existen interesantes opciones de giradiscos portátiles; no obstante, el vinilo sigue sin tener la capacidad que tienen los soportes digitales de estar en cualquier momento y lugar (escuchamos Spotify en el metro, por la calle, mientras trabajamos…), por lo que se trata de una experiencia totalmente diferente: con el vinilo, se trata de escuchar música y no hacer nada más. Nos vamos a una sala, pasamos las manos por los discos de la estantería hasta encontrar el que nos gusta, lo manipulamos con mimo y cuidado para no dañarlo…

Ya no es mercado exclusivo de coleccionistas y amantes de los mercadillos y tiendas vintage: el vinilo resurge y vuelve a ganar adeptos entre aquellos que buscan un sonido distinto y nuevas experiencias. Quizás se trate de algo pasajero o quizás perdure (nunca con el éxito anterior a la llegada del CD)… En cualquier caso, los megalómanos deben alegrarse de que existan estas dos opciones -vinilo o digital-. Cada una en su momento y las dos igualmente buenas.


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