Revista Ciencia

El reino de los asteroides 3. Territorio de colisiones

Por Marathon
Otro enfoque primitivo o pasado en el estudio de las órbitas de los asteroides tenía su acomodo en el escenario de las colisiones que han dado forma a estos mundos. Kiyotsugu Hirayama que trabajaba en el Observatorio de Tokio en 1918, advirtió que muchos asteroides compartían órbitas muy similares: aparecían estrechamente concentrados a con referencia a su distancia al promedio del Sol (semieje que mayor), sus planos orbitales (inclinaciones), y sus excentricidades orbital. Hirayama to a estos grupos "familias" puesto que creía que tenían un origen común.
El reino de los asteroides 3. Territorio de colisionesAsteroide Eros. Crédito: NASA
Su sospecha se demostró que era correcta, puesto que ahora entendemos como familias al resultado de la fragmentación por colisiones de cuerpos mayores. Una familia reconocible es el resultado de cuando la energía cinética de la colisión es suficientemente grande como para fragmentar el cuerpo original pero no para dispersar sus fragmentos ampliamente. Los grupos mayores son de la familia Themis (235 objetos a 2,9 unidades astronómicas del Sol) la familia Eos (326 objetos a tres unidades astronómicas),la familia Koronis (400 objetos a 3,1 unidades astronómicas).
Aunque que las colisiones son el proceso dominante para dar forma al cinturón de asteroides actualmente, tampoco se trata de un campo denso de rocas espaciales que sólo un intrépido piloto de ciencias-ficción podría atravesar. Las inclinaciones orbitales de los asteroides promedian en torno a 10°, con lo que el cinturón de asteroides tiene una forma similar a un toro (una rosquilla). Para el millón de asteroides estimados en el cinturón principal de 1 km de diámetro o más, el espacio promedio que los separa está en torno a varios millones de kilómetros. Por esto, los grandes impactos sólo suceden con frecuencias de decenas a cientos de millones de años. Con más de 4000 millones de años de historia, estos encuentros han creado una extraña variedad de resultados, que tan sólo ahora comenzamos a comprender.
Las colisiones que fragmentaron pero no dispersaron los cuerpos originales, provocaron que se reagruparan en forma de "aglomerados de escombros" unidos débilmente por la gravedad. Algunas colisiones pueden haber literalmente partido el objeto, dejando dos trozos que permanecen juntos en forma de un duo coorbitante (como se descubrió para 90 Antiope) o un asteroide binario de contacto. Otros casos intermedios pueden haber producido satélites, nubes de desechos, o anillos temporales. Otros impactos menos destructivos pero más frecuentes producen cráteres en las superficies de los asteroides, creando mantos de polvo y rocas a partir del material eyectado que no es capaz de escapar al el espacio. Los asteroides menores sufren temblores sísmicos cuando son impactados, de una forma similar a la vibración de una campana, y pueden alterar su superficie al cubrirse con cráteres pequeños de desechos sueltos. La superficie de Eros es increíblemente lisa, y puede haber sido el resultado de este tipo de procesos, en los que los pequeños cráteres están ausentes. La gran variedad de morfologías resultantes son el producto de las interacciones de la resistencia del material y la baja gravedad.
Continuará...
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Publicado en Odisea Cósmica¡Suscríbete Ya!

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