Alejandro González Iñárritu, por segundo año consecutivo, produce, dirige y co-escribe la que para muchos es la mejor película del año. Y lo hace en clara contraposición con la premiada " Birdman": si en ella habían diálogos intensos, aquí priman los silencios, los sonidos de la naturaleza y los gruñidos del superviviente Di Caprio. Si en Birdman la acción se desarrollaba dentro de un claustrofóbico teatro en pleno Times Square, en "The revenant" se aprovecha de un impresionante escenario natural, lleno de montañas, ríos y bosques invernales, y de la genialidad de Emmanuel Lubezki para crear una cinematografía imponente, la principal fortaleza de este film.
A ello se le suma una gran actuación de Leonardo DiCaprio (Hugh Glass) como el guía de un grupo de tramperos, en la Norteamérica profunda de los primeros años del siglo XIX, que es atacado con fiereza por un oso que lo deja casi muerto. Ante la inclemencia del clima y de la difícil geografía -y la persuasión de un soberbio y convincente Tom Hardy (John Fitzgerald)- sus compañeros deciden continuar la marcha sin él, tratando al menos de darle una decente sepultura.
La historia incorpora además a indios de la zona que luchan por expulsar de su territorio a los intrusos y a unos comerciantes franceses de pieles que intentan hacerse de la mercancía a todo precio. Pero la mayor parte de la película se centra en el viaje de redención del personaje de DiCaprio, quien sobrevive como puede animado únicamente por sus ansias de venganza.
Si bien se trata de un argumento simple, sin mayores giros, es la parte técnica la que sobresale por encima de todo. La escena inicial está filmada en un preciso plano secuencia que coloca al espectador en medio del combate entre indios y tramperos -recuerda a la secuencia de Spielberg para el desembarco de Normandía en " Saving Private Ryan "-. Por otro lado, la (desigual) pelea entre Glass y el oso está filmada con tal perfección que nos hace ver como auténticos los golpes y los zamacones que sufre el protagonista.
Filmado en panorámico con un gran lente angular -y con luz natural, según sus creadores-, cuenta con una pertinente música incidental compuesta por el alemán Alva Noto y el japonés Ryuichi Sakamoto -ganador del Óscar por la música del "El Último Emperador"-. En medio de una cartelera sin grandes títulos y con muchas películas basadas en historias reales y contemporáneas, "El renacido" permite disfrutar de la magia del cine con una aventura épica que captura nuestra atención en sus más de dos horas de duración, a pesar de sus presuntuosas imágenes oníricas y la grandilocuencia del director mexicano.