El Renacimiento del siglo XII
Nuestra propia generación disfruta del legado legado por lo que le precedió. Frecuentemente sabemos más, no porque hayamos avanzado por nuestra propia capacidad natural, sino porque estamos respaldados por la fuerza doméstica de los demás y poseemos las riquezas que hemos heredado de nuestros antepasados. Bernard de Clairvaux solía compararnos con los enanos puntillosos que se alzaban sobre los hombros de los gigantes.
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