Revista Deportes

El resultado es lo de menos

Publicado el 20 septiembre 2012 por Marianofusco

El resultado es lo de menos

El primer pensamiento que le viene a uno cuando termina de ver el “Superclásico de las Américas” es: ¿en esto perdí dos horas? Se sabía de antemano que Argentina saldría con un planteo mezquino, algo poco visto en la historia de nuestra Selección. Lo que no se podía suponer, era que el partido iba a ser tan malo: poco de Brasil y su figura Neymar, y mucho menos de Argentina, que se ocupo únicamente de destruir el juego de la Verdeamarela, y en uno de sus pocos ataques encontró un inesperado gol: luego de tirar una buena pared con Clemente Rodríguez, Juan Manuel Martínez anotó el único tanto argentino, que le daba la ventaja transitoria.

El resultado es lo de menos

Pero pocos minutos después, el conjunto local pondría el empate, resultado que reflejaba mejor lo que había pasado en la cancha. En un tiro libre sobre el costado derecho, Neymar mandó el centro y Paulinho, levemente en offside, cabeceó solo al gol. Del partido no hay mucho más para contar, hasta el minuto 92, donde Desábato cometió un penal tonto (tercer penal “evitable” en igual cantidad de partidos para Argentina), que Neymar transformó en el 2-1 definitivo.

El análisis, entonces, pasará por las decisiones de Alejandro Sabella. ¿Qué objetivo tiene salir a defenderse en un partido que no es por los puntos? La única explicación coherente sería que el técnico argentino está probando un esquema, pero, ¿tiene sentido probar un esquema con el equipo B, que después no jugará los partidos importantes? ¿No era mejor salir con una formación más ofensiva, en donde los jugadores se pudieran lucir un poco más y la gente disfrute del partido?

El otro punto criticado es el de los nombres elegidos. Resulta raro, por ejemplo, que Somoza y el “Pochi” Chávez, de pésimo presente, hayan sido convocados e incluso que el ex Vélez haya tenido la chance de entrar algunos minutos. Desábato, quien además es habitual en las convocatorias para los partidos oficiales, le dio la razón a la enorme cantidad de detractores que tiene al cometer ese penal infantil en el último minuto.

Sanchez Miño, uno de los jugadores de mejor actualidad del fútbol argentino y que asoma como una gran promesa, vio todo el partido desde el banco de suplentes, al igual que Walter Montillo, quien lleva varios años en buen nivel en el fútbol brasilero. ¿Andrés D’alessandro o Lucas Viatri no merecían una chance más que muchos de los que estaban hoy en Goiania? Por lo visto, en este equipo, no hay mucho lugar para jugadores ofensivos y de buen pie…

El resultado es lo de menos

Argentina perdió un clásico, pero el resultado es lo de menos. Lo que queda en las mentes de los simpatizantes albicelestes es que el equipo jugó mal, y no intento otra cosa. En nada se pareció al combinado que frente a este mismo rival, marcó cuatro goles y ganó el partido. Si, aquel día estaba un tal Messi, entre otros. Pero con o sin la figura del Barcelona, a la Selección le cuesta horrores jugar dos partidos seguidos en un nivel aceptable, y eso preocupa. Tanto como preocupa no saber si al técnico verdaderamente le importa jugar bien, o solo le interesa el resultado final.

Si, es verdad que si Argentina gana el Mundial de Brasil 2014 jugando un fútbol malo y amarrete, nadie se va a quejar. Como también es verdad que es más probable conseguir el objetivo intentando un juego más ofensivo y agradable a la vista. Así como también es innegable que las selecciones que despliegan un gran juego son recordadas de buena manera por los hinchas, aun cuando no consiguen resultados: basta con repasar el ejemplo del equipo de Bielsa, guardada en la memoria de muchos como la mejor Selección de los últimos tiempos, a pesar de haber quedado afuera en primera ronda del Mundial 2002.

Jugadores para intentar desplegar un buen fútbol sobran. Esperemos que el técnico los use, y la Selección logre enamorar y unir nuevamente a todo el pueblo argentino. Esa será la misión más difícil de Sabella.


Volver a la Portada de Logo Paperblog