Todos en algún momento de nuestra vida, en mayor o menor medida, habremos sentido el deseo de querer cambiar algo de nosotros o de nuestra vida. Pero cambiar no es fácil. Ya puede ser querer introducir un nuevo hábito, eliminar otro, cambiar nuestra alimentación, adelgazar, engordar, ser más ordenado, corregir una actitud, o una tendencia de pensamiento… sea lo que sea, no va a ser sencillo.
Tengo que decir que soy una experta en querer cambiar… y no hacerlo. Esto revela dos problemas: primero, que soy demasiado crítica y busco realizar un cambio radical en vida que me haga ser casi otra persona. Y segundo, que el hecho de nunca llegar a hacerlo, por diferentes motivos, sólo crea más frustración.
¡Pero no me rindo! no en el hecho de cambiar, si no en el de querer sentirme bien, ya que el querer realizar cambios constantemente, como ya he comentado, no es precisamente una actitud positiva.
Mi conclusión es que la clave está en centrarse o analizar los motivos. ¿Por qué quieres cambiar? ¿Por qué queremos cambiar? Realmente me llegó la frase de Deepak Chopra, de la que ya os hablé en otro post en el que analizaba su libro Peso Perfecto: en lugar de partir de la base de que tenemos algo malo que corregir, partimos de que somos perfectos y únicos.
Ante la idea de realizar un cambio, la motivación es lo más importante ¿lo haces desde el amor o desde el reproche? Yo hablo desde mi propia experiencia, y me doy cuenta de cuantas veces mis deseos de cambiar se han visto impulsados por una crítica negativa.
Un ejemplo, imagina que eres una persona muy negativa. Todos te dicen que no puedes ver las cosas así, tú te das cuenta de como a veces tergiversas la realidad y lo ves todo desde un punto de vista muy negro, te llega información acerca de cómo ser más positivo repercutiría en tu vida…y quieres cambiar. Muy bien, pues no lo vas a conseguir si te impulsas diciéndote que “es lo que tienes que hacer”, por que tu actitud no es la correcta, y por que así no vas a llegar a ninguna parte, etc. No se, es un supuesto. En lugar de esto, piensa en cuanto te mereces ser feliz, que te pasen cosas buenas, y en como te puede ayudar a esto el hecho de cambiar esa actitud. Eres único, perfecto, un ser maravilloso ¿Por qué deberías ver las cosas desde ese punto de vista tan negativo? TÚ MERECES que eso sea diferente, mereces ese cambio, y lo vas a hacer porque puedes y quieres. Por que te quieres.
Pues esto es un ejemplo hipotético, pero ¿no sería estupendo pensar así por ejemplo si quieres adelgazar? o si quieres evolucionar a una alimentación consciente (que sería mi caso), o con cualquier cosa que te propongas.
En conclusión: cambiar no puede ser un castigo, debe ser un regalo que te haces.