EL RETORNO DE LOS DRAGONES, de Margaret Weis y Tracy Hiickman.

Nos encontramos ante un título básico de la literatura fantástica, aunque no un clásico. Parece inevitable que todo aquel fanático del género haya tenido que leerse al menos este libro una vez, más allá de su limitado estilo literario o su mínimo tratamiento de los personajes.
El retorno de los dragones (1984) es el primer libro de la saga Dragonlance, un compendio de estereotipos del género fantástico, una clara imitación del mundo de Tolkien y de Ursula K. Leguin, una aventura encerrada en infinidad de hilos argumentales. Y es que "El retorno de los dragones" no es una novela con aspiraciones, no busca en ningún momento pasar a la historia al lado de maravillas literarias y escritores universales. Sus premisas son atraparte en un tobogán de acción sin pausa, entretenimiento y diversión.
Hay que tener en cuenta que la novela está tratada como si fuera una partida de rol, pues está basada en D&D. Así su ritmo es acelerado, sus personajes ofrecen un desarrollo plano, detalle exagerado de cada acción (dos párrafos para decir que el grupo baja por una cuerda, por ejemplo), cierta intriga y personajes carismáticos (véase Raistlin, por ejemplo) que han inspirado a un buen número de futuros escritores.
Puede ser una novela recomendada o ignorada, según las intenciones del lector. Si éste busca complejidad, aquí no la hay. Si anhela disfrutar de paisajes fantásticos finamente descritos, aquí no los encontrará. Si pretende, en cambio, pasar el rato sin ambición de ningún tipo, este es el libro adecuado. Una sencilla puerta de entrada a un género sin límites.