El retrato de Dorian Gray ~ Oscar Wilde

● Título: El retrato de Dorian Gray
● Título original: The Picture of Dorian Gray
● Autor: Oscar Wilde
● Serie: Libro independiente
● Publicación: Mayo 2010 (original: 1890)
● Editorial: RBA
● Páginas: 288
● Precio: 10 €

Hoy toca una reseña sobre uno de mis clásicos preferidos: El retrato de Dorian Gray. No es ningún secreto que no suelo tener suerte con los clásicos que pruebo (la mayoría me aburren soberanamente, son pocas las excepciones hasta el momento), pero esta novela de Oscar Wilde me atrapó desde el primer momento y desde entonces la he releído demasiadas veces.

Algunos conoceréis este título por la película que se estrenó hace un par de años; desde ya os aclaro que prefiero la novela, sin duda alguna. A grandes rasgos, la novela cuenta la historia de Dorian Gray, un joven de gran belleza que posa para un pintor de renombre. Pero el joven es vanidoso y desea mantenerse siempre tan bello como en el retrato y no envejecer jamás; cual pacto con el diablo, su deseo se ve cumplido y, mientras que su imagen en el retrato va envejeciendo, él sigue igual de joven y bello. Pero eso no es todo: Dorian busca el placer en cada rincón, pero la crueldad, perversión y libertinaje de sus actos se verán reflejados en el retrato, que se irá desfigurando por cada pecado que él cometa. ¿Perturbador? Sí.

Como he dicho, he leído este libro muchas veces, pero aún no sé qué diantres pretendía el autor (a parte de crear un escándalo); con cada relectura encuentro un matiz nuevo, y eso me encanta. Ante todo, es un retrato y una crítica a la sociedad de la época; Wilde nos habla de la vanidad, del narcisismo, de la locura y de la corrupción de un alma inocente. Pero también se trata de un canto a la vida, al arte y a la libertad, y una alabanza a lo diferente, a lo que se aleja de la norma.

El planteamiento de la historia me parece de lo más original y sugerente, y ni qué decir de su desarrollo (sobre todo teniendo en cuenta la rigidez de la época victoriana). Lo único que puede entorpecer un poco su lectura es, en mi opinión, el uso de un lenguaje algo rimbombante (me harta tanta floritura, ese es uno de sus puntos débiles) y la singularidad de su argumento y sus personajes, aunque en mi opinión estos son de lo más carismáticos (sé que muchos odiarán el libro; para gustos, colores), además del hecho que el autor parecer perder el hilo de la historia en cuanto surge el tema del arte.

No creo que este libro pueda encasillarse en ningún género (más allá de la etiqueta de clásico); tiene algo de romance, otro tanto de suspense y algo de ‘terror’; a ratos incluso recuerda más a un ensayo o una obra teatral que a una novela. Tratar  de definirlo es inútil; es una de las cosas que hace de esta una obra única que os recomiendo encarecidamente.

 

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