El rey de hierroMaurice DruonISBN: 978-84-9872-123-2Formato: Tapa blanda– 350 PágsEditorial: Ediciones B
"¡Todos malditos, hasta la séptima generación!" Ésa es la terrible maldición que el jefe de los templarios, desde las llamas de la hoguera, lanza a la cara de Felipe el Hermoso, rey de Francia. Corre el año 1314 y la profecía parece haberse hecho realidad: durante más de medio siglo, los reyes se suceden en el trono de Francia, pero nunca duran mucho tiempo. De las intrigas palaciegas a las muertes súbitas e inexplicables, de las batallas entre las dinastías a las guerras desastrosas, todo parece fatalmente marcado por el sino de los reyes malditos. El futuro de Europa está en juego durante esos años negros.
Hace más de 10 años que había apuntado esta novela en mi lista de deseos. Si, esa misma lista que cada año incorpora más títulos de los que seguramente podremos leer. Así que cada cierto tiempo me propongo algún tipo de reto personal que me permita eliminar aunque solo sean unos pocos. Por suerte, me había quedado descolgada una novela histórica para el reto genérico, así que qué mejor oportunidad para ponerme con ella.
Otras veces puede que no sea así, pero en este caso recuerdo perfectamente porqué me la apunté: una persona con la que solía prestarme libros me la recomendó, aun a sabiendas de que no es género que me apasione. Me aseguró que me iba a enganchar seguro. Y aquí estoy, 10 años más tarde, corroborando sus palabras.
El rey de hierro es la primera par de una saga llamada Los reyes malditos. Pero esperad, no salgáis huyendo. Os explico porque es saga. Su argumento se define en esta novela introductoria donde narra los juicios finales al gran maese de los templarios. Esperad, esperad… que no es exactamente eso. Supongo que sabéis que Jacques Molay en la hoguera maldijo a todos los responsables con desgracias hasta su séptima generación.
El caso es que desde Felipe el hermoso (el cuarto rey francés del mismo nombre, no el marido de Juana la loca que sería primero de España) hasta sus descendientes son los reyes malditos por el maestro de los templarios. Porque si un tipo acusado de herejía y tratos con el demonio, cuando se está quemando entre las llamas de la hoguera, te maldice a voz en grito… eso tiene que acojonar, cuanto menos.
Así que en este primer volumen vemos la muerte de muchos responsables directos. Aunque no os creáis que hay ninguna magia negra en todo ello, sino una mezcla de azar y lo que uno mismo cosecha: intrigas palaciegas, celos, ambiciones y enfermedades difíciles de tratar en la época.
Sea lo que sea, nos va presentando una serie de personajes de los distintos reinos: Francia principalmente, Navarra, Italia, Inglaterra… En una época post-cruzadas (1311 para ser exactos) hubo muchos intereses y territorios que cambiaron de manos. Así que vamos viendo como un pequeño ato de venganza o rencor puede llegar a desencadenar grandes guerras.
Pero en esta novela aun no vamos a ver todas esas cosas. Fue muy listo el autor al dividirlo en tomos tan cortos (poco más de unas 300 páginas cada uno) de modo que condensa y focaliza en cosas concretas. Se centra en este caso en la figura del rey Felipe IV, el hermoso, o el rey de hierro. Como queráis llamarlo.
Los personajes (todos), a pesar de ser reales, el autor les dota de una personalidad y un carácter que solo se puede hacer en las novelas. Y es precisamente eso lo que hace que nos enganchemos a la lectura. Abundan los diálogos, las reflexiones internas, aunque no mucho las descripciones. Para que no se quede coja como novela histórica, incorpora anotaciones que pueden resultar muy útiles además de poner en contexto los hechos y demostrar un trabajo de documentación muy importante. Sin embargo, tampoco son necesarias para seguir la historia en sí misma, y nos la podemos saltar perfectamente al estar a pie de página.
No quiero contaros mucho más, aparte de que la historia termina en este punto con la muerte del rey. Las implicaciones que esto va a tener las veremos en la segunda parte, y aunque la historia es conocida, para mi será un buen recordatorio. Porque soy de esa generación que en el sistema educativo pasaba de los romanos a los reyes católicos, y solo veía la parte de historia de España…
En definitiva, una novela muy ligera y entretenida, pero a la vez con mucho contenido, que noveliza hechos históricos bastante interesantes. Para los amantes del género o las apasionados de los templarios y lo que pasó después, puede ser una buena recomendación. Esperemos que las siguientes partes sigan en la misma línea.