Sí. Papá Noel (bueno, más bien mis compadres de la taberna) me ha traído un aifon de esos (Iphone 5), un cacharro de esos que ahora se llevan tanto. El de la manzanita. Y ahora ahí ando, a ver si consigo enterarme de cómo funciona. Pero parece que le voy cogiendo el truquillo. Eso sí, el día de ayer fue para verlo…
Ayer por la mañana se me presentaron en casa mis compadres de la taberna, esa donde nos juntamos todas las tardes para jugarnos al tute unos garbanzos y unos cuantos céntimos de euro. El Matías y toda la panda. Un cuadro. Uno con un gorro de Papá Noel en la cabeza, el otro tocando una zambomba sin ningún sentido musical, el de más allá lanzando serpentinas hasta que mi mujer le amenazó con la silueta de la escoba… Y el Matías, en representación de todos, me entrega un paquete componiendo una sonrisa bobalicona. De esas que vienen a decir: «Yo sé lo que es, yo sé lo que es…». Total, que me lo da, lo abro y miro la caja con ojos desorbitados. A coro, mis compadres de la taberna exclaman un ‘oooooooh’ que retumba toda la casa. Luego, prorrumpen en un aplauso y lanzan toda clase de alabanzas y referencias a mi persona y alegría. «¡Un aifon! ¡Ya 'tiés' un aifon!».
Y ahí ando, enrreando con él. Como me pasé toda la tarde y buena parte de la noche de Navidad. A ver si me entero de cómo funciona. El Matías, que tiene uno parecido, me dio unas nociones sobre cómo usarlo: que si la pantalla hay que tocarla con cuidado, que se pasa un dedo por ella y así se maneja mejor, que hay una cosa que te permite bajar aplicaciones (lasaps, creo las que llama él) para luego sacar más provecho del cacharro. Y que hay una cosa que dice que se usa mucho (guasá o algo así), y con la que podemos comunicarnos sin que tengamos que gastar perras en ello. Lo malo que hay que escribir, y a mí eso no es que se me dé muy bien. En fin, que el Matías me dice que mi vida va a cambiar a partir de ahora. Miro alrededor y sigo viendo las mismas cosas. Pero si él lo dice…
Eso sí, esta mañana, una vez que ya he empezado a saber cómo arranca y se maneja el cacharro, he llamado a mis amigos de Te Lo Garantizo y lo he asegurado. Que dicen mis compadres de la taberna que con lo que ha costado, como para que le pase algo. ¡Ni un resfriado! Faltaría más.
Como siempre, para todo lo demás, vuestro amigo Argimiro, el Garantizador. Ya con iPhone 5.