Revista Mundo animal
¿Cómo llegó a vuestro hogar Pivodi ? Pívodi llegó a mi vida de forma totalmente accidental. Yo tengo una labradora y fuí a Anaa en busca de un amiguito para ella. En realidad, había visto en la página web el caso de una labradora ciega que la habían encontrado de bebé debajo de un coche y me enamoré de ella. Cuando llegué resulta que tenía el moquillo y estaba en cuarentena. Ellos, como es lógico intentaron como fuera que me llevara un perro y me enseñaron unos cuantos. Yo quería una hembra y me encontré con Pívodi, una perrilla demasiado sumisa que al verme se tiró al suelo boca arriba y no se levantó. Me dió tanta penilla que me fui con ella. (Luego seguí el caso de la labradora y al parecer recuperó la vista y consiguió la felicidad de un hogar)
¿ Cómo definirías el carácter y su adaptación a la vida familiar?
Aquí podría estar días hablando contigo. Me encontré con que tenía en casa una perra que había sido brutalmente maltratada, yo no conocía nada de esto en aquella época y no sabía cómo actuar. Solo quería que ella estuviera bien. Me ví en una espiral de etólogos, tratamientos, medicación, flores de bach... el problema de Pívodi es que no quiere salir a la calle. Todo, absolutamente todo, le da miedo. En casa es feliz, sobre todo en mi cama, que es SU cama. En casa está perfectamente adaptada, pero sus miedos los llevará siempre con ella, ahora ya no seguimos ningún tratamiento ni medicación ni nada, solo quiero que esté tranquila y segura conmigo.
¿Si pudieras echar el tiempo hacia atrás, volverías a tomar la misma decisión y adoptar a Pivodi?
Sin lugar a dudas, me llevaría a Pívodi. Es más, si vuelve a entrar otro perro en casa, sin duda será un galgo. Estoy absolutamente enamorada de ellos, se me cae la baba cuando veo uno. Son los perros más cariñosos y sensibles que hay. Tienen algo muy especial que solo cuando tienes uno en casa te das cuenta. Pívodi y Nana para mí son mis hijas y son de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Ahora no me imagino la vida sin ellas.