A pesar de estar empezando el mes de noviembre, el otoño parece que aun se resiste a ofrecernos un buen golpe de frio y lluvia, y nos permite disfrutar del sol y el aire libre un poco más de lo habitual, disfrutando en este caso, de los merenderos de Gijón. En esta ocasión nos invitaron a comer a uno de los más clásicos, el Rinconín de Deva
Este merendero está situado en camino de la Rionda, un desvío de la carretera que lleva de la salida de la ronda hacia la Iglesia de Deva, justo pasando el parque infantil a mano derecha.
El Rinconin, dispone de un amplio aparcamiento, una zona de merendero, con mesas cubiertas y de una zona de juegos infantiles cubierta, con camas elásticas y otros entretenimientos para los más pequeños. En su interior dispone de un par de comedores, además de la zona de barra y parrilla.
Dispone de una carta bastante amplia, donde puedes encontrar, además de los clásicos platos de merendero, carnes a la parrilla, ensaladas,… así como diferentes menús cerrados y para grupos.
En lo que es merendero, funciona sin servicio de mesa. Tú pides en barra lo que quieres y por megafonía te avisan cuando está listo para que pases a recogerlo. En esta ocasión yo fui al comedor, con lo que fui atendido por camareros.
De su carta, pude probar algunos entrantes, como son las patatas al cabrales, los calamares y las croquetas. Todo ello bastante bien, no especialmente destacable, pero correcto y bueno. Luego pude probar la parrillada y el cachopo especial. En cuanto a la parrillada, incluía, pollo, morcilla matachana, costilla de cerdo, criollo, lomo, panceta, solomillo de cerdo y chorizo rojo, acompañado de patatas. Todo bien, lo único que no me dio más fue el pollo que estaba algo calcinado por fuera, y las costillas, que no tenían mucho que comer, así como la panceta y el lomo, un poco flojo. El resto estaba bien, acompañado de patatas, suficiente para que coman 4 personas.
En cuanto al cachopo, viene relleno de jamón, queso, espárragos champiñones y pimientos. Personalmente no me gusto. Le sobra todo el relleno. Nada de lo que llevaba era digno de mención, ni los champiñones, típicos de lata, ni los espárragos, ni los pimientos, y el jamón muy correoso y gordo. El reboce se desmoronaba entero, y resultaba complicado de comer. Realmente no entiendo mucho este tipo de cachopos, que se sirven en algunos sitios. Puedo entender que partiendo de la base de jamón y queso, quieras darle un toque, añadiendo alguna cosa, pero serian matices, no rellenarlo como si fuera un pavo. Como suele ocurrir muchas veces en cocina, menos es más, y si dispones de una carne curiosa y un jamón y queso de calidad, no tienes que romperte los cuernos, intentando innovar en algo tan sencillo y básico como es un cachopo.
En cuanto a los postres pude probar la tarta de la abuela, bien, nada del otro mundo, pero rica.
La atención fue buena en todo momento, pero en cuanto se llenó el comedor, se veía a la gente un poco sobrepasada.
En general es un merendero que está bien, de hecho estaba lleno, la parte de comida es correcta, sin destacar nada en especial, ofrece lo que se espera de un local así, con mayor o menor suerte, y en cuanto a sus instalaciones, si creo que pide un poco de inversión. En general para mi un dos lametones.
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