Revista En Femenino

El running y el suelo pélvico

Por Y, Además, Mamá @yademasmama

El running está de moda entre las madres y las mujeres que quieren recuperarse tras el parto. Es un deporte sano y completo, se puede realizar en cualquier momento y encima es barato. Tonifica los músculos, ayuda a adelgazar y libera endorfinas que relajan y nos hacen sentir mejor. Pero, y aunque lo pueda parecer, no es bueno para todo, no para el suelo pélvico.

No está recomendado empezar a correr tras un parto sin comprobar antes si el suelo pélvico está dañado, como se defiende aquí. Porque el ejercicio del running es de impacto para los músculos que sujetan la vejiga, vagina y útero y el recto y los debilita más. Le ocurre a corredoras de maratones que no fortalecen esta zona, a mujeres que llevan muchos años corriendo o a madres que se encontraban bien pero que tras varios partos empiezan a correr y descubren que tienen escapes de orina que, si no se tratan, pueden llegar a convertirse en prolapsos.

corriendo

Tras mi parto, mi suelo pélvico quedó muy debilitado. Después de varios meses realizando ejercicios hipopresivos recuperé fuerza muscular, tonifiqué la zona y conseguí corregir un cistocele y un diafragma que se había caído durante el trabajo de parto, como conté aquí. Sólo con unos ejercicios sencillos realizados cada día. Pero en mayo, empecé a correr (fue un entrenamiento muy ligero) y volví a sentir que mi suelo pélvico estaba debilitado, lo notaba sin fuerza y más hundido.

En la Clínica de Fisioterapia pelviperineal Pelvia de Pamplona me dijeron que todo estaba en su sitio a pesar de mi sensación. Sin embargo, me han recomendado que si quiero volver a retomar (o realmente empezar) el running debería compaginarlo con los hipopresivos. Así, lo ideal es, nada más volver de correr, hacer una serie de veinte minutos de este tipo de abdominales para reforzar los músculos que han sufrido durante la carrera.

Por mi experiencia, los abdominales hipopresivos funcionan y mucho. Durante el verano, por falta de tiempo y problemas de organización, dejé de hacerlos y lo noté enseguida. Llevo tres semanas practicándolos de nuevo y ya he vuelto a sentir sus beneficios: más fuerza y tono en abdomen, suelo pélvico y espalda. Incluso en los brazos, puesto que también se trabajan. Y, por supuesto, ha mejorado mi postura y llevo la espalda más recta (lo cual evita a su vez que se debilite el suelo pélvico) Este tipo de ejercicios deberían enseñarse a las mujeres desde niñas, sobre todo a quienes practican deporte, de igual manera que tendrían que saber qué abdominales son seguras para su suelo pélvico y cuáles no.

Con estos ejercicios, mi suelo pélvico está listo para correr una maratón. Una pena que el resto del cuerpo no lo esté.

¿Las madres runners cuidáis vuestro suelo pélvico?

Por cierto que las zapatillas de la foto son mis nuevas Adidas Energy Boost 2.0, un vicio de calzado profesional que me tocó en un sorteo de Twitter y que ya he estrenado. Son ligerísimas, tan cómodas como un calcetín y tienen una suela hecha de espuma de amortiguación con la que parece que vuelas. Con semejantes zapatillas, como para no salir corriendo. 


Volver a la Portada de Logo Paperblog